octubre 02, 2021

CUANDO NUESTRO DIRECTOR NO HABLA DE FUTSAL

PERMÍTANME ESTE CONSEJITO. Poner el miedo en el lugar adecuado.

Si algo caracterizaba al rey David era su valentía. Sus hazañas en los combates frente a los enemigos de Israel abundan en las páginas de la Biblia. No obstante, este bravo guerrero que quizás a simple vista nada parecía temer, tenía miedos como todos los seres humanos. Y de acuerdo a lo que dejó por escrito, no se avergonzaba de eso. “Cuando siento miedo, pongo en ti mi confianza”, dijo, por ejemplo, en uno de sus Salmos (56:3). 

A todos los que pasamos por este mundo nos acechan los miedos. Algunos los tienen por una causa, otros, por otra. Ni siquiera un audaz como David, estaba exento de sufrirlos. Esto nos debe dar ánimo para que cuando tengamos miedo, no nos sintamos inferiores a nadie y no tratemos de disimularlo, ni ante los demás ni internamente. En cambio, reconozcamos lo que nos pasa y así como hizo David, pongamos el problema en manos de aquel que mejor capacitado está para  ayudarnos a encontrar las soluciones a cada una de las dificultades que nos presenta esta vida. El Señor se complace en darnos Su auxilio, si lo que le pedimos es lo más conveniente para nosotros, y si ante todo, vamos en busca del amor y la salvación que nos tiene preparados.

Un sustento bíblico:

Depositen en él toda ansiedad, porque él cuida de ustedes. 1 Pedro 5:7.


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