septiembre 24, 2018

LA HISTORIA DEL EX FUTSALERO QUE CONDUCE UN COLECTIVO

 El periodista de La Voz del Futsal se topó con una agradable sorpresa al subir, un viernes de septiembre, a una unidad de  la Línea 80: el conductor del vehículo había sido jugador de futsal. El hombre de prensa se acomodó en uno de los asientos del fondo, mientras en su mente ordenaba las imágenes que lo habían hecho llegar a tal conclusión. Y efectivamente, confirmó que el muchacho de camisa celeste que manejaba con rumbo a Mataderos aquella mañana, era Diego Apaza, futbolista de Juventud de Tapiales más de una década atrás.
Por supuesto, a su memoria saltó el recuerdo de un hecho de los que no abundan: en su corta trayectoria por las canchas, uno de los sucesos más llamativos que protagonizó el chofer siendo jugador, es haber sido expulsado en un partido ¡por su propio hermano! Es que a Gustavo Apaza -todavía hoy árbitro de AFA-  le tocó dirigir un encuentro de Juventud y no dudó en señalarle a su hermano el camino a los vestuarios luego de mostrarle la tarjeta roja por una acción brusca.
Cerca del momento del descenso, el periodista -si bien jamás habían tenido contacto personal- resolvió ir a saludar al colectivero, que en la actualidad tiene 36 años. Como era de esperar, su grado de asombro fue mayúsculo, cuando vio que alguien lo había reconocido por su paso por este deporte. Entonces, Diego, todavía incrédulo pero de excelente humor ante el descubrimiento de La Voz del Futsal, contó lo que había sido de su vida desde mediados de la década pasada. “Tuve que dejar por temas laborales. Empecé a trabajar de noche en una remisería y después en una empresa con turnos rotativos. Se me hacía muy difícil seguir así”.
También recordó la anécdota de la expulsión por parte de Gustavo y que la noticia había ocupado una página de nuestra revista. “Como colectivero estoy hace cinco años y sigo jugando al fútbol en un torneo interno que tenemos los choferes. Hace poco, jugando para la línea 80, nos ganamos un viaje a Mar del Plata”, señaló, muy contento, pero desde luego, sin permitir que la charla lo distrajera de la conducción de su unidad.
Unos minutos antes del descenso, aceptó ser fotografiado y recibió con agrado el último ejemplar de la revista y nuestro libro “25 Años de Futsal en la Argentina”, que acreditaba su paso por la entidad de Tapiales.
A su lado, otro chofer, algo más joven, que parecía escuchar atentamente el diálogo, tal vez nunca llegó a comprender qué era eso del futsal y cómo podía ser que a su colega, un periodista lo haya reconocido por haber jugado en un club de barrio hace más de diez años.
Sin dudas, son las cosas lindas que genera nuestra disciplina.
Año 2006. Los hermanos Apaza, juntos en una cancha. Diego como jugador, Gustavo como árbitro.

1 comentario:

Unknown dijo...

Estoy contento x lo q cada uno d mis hijos emprendieron jugador d futsal y árbitro d fútbol dos pilares en mi vida