noviembre 29, 2018

DANIEL CORREA: SU FALLECIMIENTO


Elegimos esta foto, donde se lo ve sonriente, seguramente muy feliz por estar en una cancha de futsal: su lugar en el mundo. La imagen es de mayo de 2014, temporada en la que Daniel "Chino" Correa dirigía  a Sportivo Barracas. Dos años después se enfermó y luego de luchar durante otros dos años contra un cáncer, finalmente falleció hace pocas horas.
Dejó atrás una prolífica trayectoria. Empezó en Atlanta, pero no llegó a debutar en primera. Un tiempo más tarde -exactamente 20 años atrás-, se consagraba campeón de la B con San Lorenzo, en la que fue la primera temporada del Ciclón en AFA. En el equipo de Trama, sin embargo, y pese a ser una de sus figuras, no permaneció demasiado, fichando para Nueva Chicago, Huracán y luego para Yupanqui, planteles en los cuales jugó junto a varios amigos de su reducto: el barrio "Piedrabuena" de Lugano.
Ya veterano, colgó los botines, pero varios años más tarde se dio el gusto de integrar el equipo de Lamadrid.  De todos modos, lo suyo ya había empezado a ser la dirección técnica, y especialmente, la de los más chicos. En las categorías menores de Lamadrid y Parque, por ejemplo, se volcó a la labor formativa. También lo hizo en Yupanqui, Riestra y Sportivo Barracas, si bien en estos dos equipos directamente tomó la coordinación de la actividad, dirigiendo, por momentos, desde las promocionales hasta la primera división. ¡Todo junto! "No doy más y encima me van a echar de casa. Pero bueno, esto me encanta y hasta que aguante, sigo", le había dicho a La Voz del Futsal en una nota.
Su hijo Ezequiel (categoría 1986) también jugó y fue dirigido por el Chino. En 2013, en Riestra, casi se da lo que hubiera sido algo muy pocas veces visto: que compartieran el mismo equipo: «Yo estoy fichado, así que vamos a ver si jugamos algún partido juntos. Antes de empezar el torneo, me prendí en un amistoso. Quizás antes de que termine esta etapà clasificatoria, lo hago de nuevo, como para retirarme oficialmente", se ilusionaba el Correa-padre. Pero no pudo ser.
Cuando su etapa en el futsal de AFA culminó, siguió ejerciendo su pasión en el baby fútbol del club Pedro Lozano. Trabajó allí un tiempo prolongado, inclusive habiéndosele declarado ya la enfermedad. Y mientras peleaba contra ella, las ganas que ponía en enseñarle a los chicos, le daba fuerzas para encarar con optimismo los períodos difíciles. Así, se mantuvo de pie dignamente, a la par del tratamiento que realizaba, y hasta poco antes de su partida.
El Chino tenía 50 años. Los había cumplido el 1º de septiembre. Desde La Voz del Futsal, acompañamos a sus seres queridos en el sentimiento que los embarga en este momento.
En las divisiones menores de Parque, en 2009. El que está arriba del Chino es su hijo Ezequiel.

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