
Ocanto, que tiene un asombroso parecido al Chacho Coudet (ya figura en la lista para colocarlo en esa sección de nuestro blog), tuvo una muy buena labor, coronada con un gol que fue el primero del triunfo de los Calamares ante Paraná. Lo gritó con alma y vida. Luego, confesaría que al ver ingresar la pelota, se le cruzaron por la mente pasajes del largo período en el que estuvo sin jugar. “Me comí un garrón”, dijo, además, a propósito de la extensa sanción. Ocanto, fue el único jugador que el árbitro Felix Viñas informó al Tribunal de Disciplina, y, por ende, el único suspendido, más allá de la expulsión de su club del futsal, y de la prolongada suspensión de cancha que recayó sobre Platense, ya que sus hinchas fueron encontrados responsables de agredir a la delegación de Racing.
“Parecía que estos dos años no llegaban nunca, pero yo no bajé los brazos y acá estoy. Tengo que agradecerle a Juan Petruelo, el técnico de Platense, por confiar en mí. De mi parte, voy a dejar todo y espero no defraudarlo”, concluyó Ocanto.
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