LA CAÍDA DEL AVIÓN
Una mujer contaba esta experiencia que vivió con un compañero de trabajo: “Él era una persona que decía no creer nada, que presumía de su condición de ateo. Pero un día tuvo un problema grave, le pidió ayuda a Dios y empezó a creer”. Lo sucedido con este hombre es más común de lo que parece. Por algo, existe esta conocida frase: “Todos somos ateos hasta que se cae el avión”. En momentos de desesperación, hay gente que deja de lado su orgullo, su indiferencia, o su enojo para con nuestro Creador, y se acerca a Él. Esto demuestra que el Señor nos ha dado a todos nuestra cuota de fe. El problema es que muchas veces nos negamos o nos cuesta usarla, lo cual no deja de ser razonable, porque si día a día interactuamos con un mundo que por lo general ignora a Dios, es muy probable que nos mimeticemos con ese sistema. Pero si bien no deja de ser coherente, la excusa de ningún modo es válida desde la perspectiva divina.
Por eso, si andamos en Sus caminos, no nos desviemos, por más que el mundo vaya en sentido contrario. Y si nos hemos alejado, no esperemos a tener graves dificultades para volver y buscar a nuestro Señor. En todo momento, ahora mismo, Él está disponible para recibirnos y bendecirnos, no solamente si tenemos un problema grave o “cuando se cae el avión”.
Un sustento bíblico:
Así dice la Escritura: «Todo el que confíe en él no será jamás defraudado». Romanos 10:11.
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