abril 14, 2023

CUANDO NUESTRO DIRECTOR NO HABLA DE FUTSAL

 EMPECEMOS EN CASA

El egoísmo es una de la causas por las cuales vivimos en un mundo caótico. La gente prioriza sus intereses en lugar de pensar primero en el bien común. El resultado llega en forma de guerras, desigualdad, desastres ecológicos, ambientales y más problemas, muy complicados de solucionar. Esto ocurre en el mundo en general pero si empieza por un sitio en particular, es en nuestro propio corazón y en un contexto mucho más sencillo, como el de nuestro hogar.  La persona que se comporte de manera egoísta entre sus conocidos y seres queridos, cuando salga a la calle e interactúe con el resto de la sociedad, difícilmente tenga una actitud distinta. Al multiplicar el egoísmo de cada individuo por miles y millones, queda en evidencia el caos capaz de generar. 

Uno de los sabios mandatos de Dios dice: “Amarás a tu prójimo como a ti mismo”. Esto equivale a tratar de poner en práctica el acto de hacer con quienes nos rodean, lo que quisiéramos que hagan con nosotros. Si no nos gustaría que nos ofendan, no ofendamos. Si nos gustaría que nos ayuden, ayudemos. En la teoría puede sonar simple, aunque el corazón del ser humano, con su tendencia a poner por encima sus propios intereses, lo transforma en complejo. De todos modos, nuestra obligación es ponerlo en práctica. O por lo menos intentarlo. Si nos cuesta, Dios siempre estará para perdonarnos y ayudarnos a mejorar. Pero nuestro Señor nos exige que seamos solidarios. Él desea nuestra felicidad y sabe que la forma de lograr el bienestar individual y colectivo es servir y no ser servido. Algo que podemos empezar a hacer hoy mismo y bajo el mismo techo en el que vivimos.

Un sustento bíblico:

(Dijo Yeshúa –Jesús-): Así que en todo traten ustedes a los demás tal y como quieren que ellos los traten a ustedes. De hecho, esto es la ley y los profetas. Mateo 7:12.


No hay comentarios: