octubre 05, 2008

SOBRE LA HORA, CERVANTES LE EMPATÓ A VILLA ARGENTINA

El Pelado Riccheza (de espaldas) increpa a un rival. El arquero Cadahia, de frente, también participa de un tenso final.

Parecía que Villa Argentina se llevaba tres puntos que servían para no perderle pisada a Juventud de Tapiales en la Zona Plata. Sólo quedaban 52 segundos, el equipo de Gerli se imponía 3-2 y de esta manera le daba alcance al puntero, que mañana visita a Franja de Oro. Sin embargo, un puntazo de Marinoni desde ángulo cerrado, le dio a Cervantes la igualdad definitiva, poniéndole además un manto de nerviosismo al epílogo del partido.
Uno de los más alterados era Miguel “Muzzarella” Riccheza, el arquero visitante, que tuvo encontronazos con algunos jugadores rivales –especialmente su colega Cadahia- a quien invitó a pelear a través de insultos y ademanes.
Afortunadamente, en la mayor parte de los protagonistas prevaleció la cordura y la colaboración de todos permitió que los ánimos caldeados se enfriaran muy pronto. Y hasta el propio Ricchezza se tranquilizó luego de tomarse unos minutos de descanso en le vestuario.
Con respecto al partido, Villa Argentina siempre estuvo adelante en el marcador. Su postura más ofensiva contrastó con la del local, que optó por retrasar sus líneas y aguardar la equivocación en el rival para facturar. Ese planteo no le dio malos resultados, ya que ante cada gol de la visita, siempre logró empatar. Y lo hizo a pesar de que nunca atacó en forma desesperada, aún estando en desventaja.
Los tres goles de Villa Argentina fueron señalados por Walter Dutto, un joven de promisorio futuro que es un soplo de frescura en el contexto de un plantel compuesto por jugadores que pasan los 30 años. Dutto – a quien apodan Orteguita por su endiablada gambeta- abrió el marcador a los 14’. Magliocco empató a los 16’ y con ese 1 a 1 terminó el PT, dado que Pipi Ventoso, sobre la hora del mismo, desperdició un penal que le tapó Cadahia.
A los 7’ del complemento Dutto desniveló con un remate cruzado, pero a los 12’ un golazo de Jaime volvió a emparejar el tablero. Villa Argentina, que no se conformaba con el 2-2, fue con todo en busca del triunfo. Tuvo entonces varias chances para convertir, pero el arquero local lo dejó en varias ocasiones con el grito de gol atravesado en la garganta. Hasta que en su único error de la noche –dio rebote en una pelota envenenada- Dutto volvió a estar atento y a los 18’ marcó el 3-2 que parecía lapidario.
No obstante, llegó aquel disparo de Marinoni que le dio a Cervantes el empate, los incidentes del final y, por último, el regreso a la más absoluta calma.

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