junio 18, 2017

Social Parque está vivo... y va por más


Los hermanos Batista, los Cambiasso, los Trapasso, Redondo, Sorín, Gago, Insúa y Riquelme son apenas un pequeño puñado... La cantidad de jugadores que Social Parque le dio al fútbol grande podría contarse por decenas.
La entidad de la calle Marcos Sastre, ubicada frente a la plaza Aristóbulo del Valle, fue una cuna de cracks. Asociado a Argentinos Júniors en los 80 y poco más tarde a Boca, de la mano del descubridor de talentos Ramón Maddoni, Parque fue sinónimo de excelencia en clubes de barrio ligados a cancha de once. Pero al igual que a tantos otros, también lo alcanzó la decadencia, si bien, en este  caso, los motivos no fueron los socio -económicos que aquejaron a la gran mayoría.
Lo cierto es que el club quiso emprender una obra para ampliar su sede y terminó cerrado por seis años. Compró la propiedad aledaña con el objetivo de expandirse pero las reformas se paralizaron inesperadamente cuando Boca disolvió el vínculo y dejaron de ingresar dividendos. Por la venta de Nicolás Gaitán se esperaba una cifra en dólares que no llegó en un pago, sino en cómodas cuotas... El impacto fue tan grande que hasta se rumoreó que en su predio, se construirían torres. Recién hace un par de meses, logró reabrir. Dicha apertura llegó a través de una remodelación que puso feliz a sus hinchas de todas las épocas, y que tiene perspectivas de convertir al viejo tricolor en dueño de una casa que  sin dudas, será orgullo en Villa del Parque y barrios aledaños.

HOGAR, DULCE HOGAR
Uno de los futbolistas surgidos de su cantera fue César La Paglia. En momentos en que el futuro era negro, el “Leche” se acercó junto a un grupo inversor y acordó un gerenciamiento por 25 años. Por ese lapso, asumió la responsabilidad de hacerse cargo de ingresos y erogaciones, entregándole además a la Comisión Directiva un diez por ciento de la recaudación.
El primer objetivo, ya cumplido, fue el de poner la sede en funcionamiento. Lo que viene es seguir con las obras a  fines de que seis canchas, la confitería, el gimnasio, una enfermería, un salón de fiestas y cocheras subterráneas le den al club más brillo del que tenía aún en su período de esplendor.

El vecino complejo de Leonel “Pipa” Gancedo se había transformado en la casa postiza de la familia tricolor, ya que allí se desarrollaba la mayor parte de la actividad semanal. Sin embargo, los entrenamientos se mudaron nuevamente a Marcos Sastre, al igual que los partidos de baby fútbol. En futsal, para los cotejos oficiales de octava, séptima y sexta también se utilizan las nuevas instalaciones.  

“NOS DOLÍA VER LA PUERTA CERRADA”
El menor de los tres hermanos Batista es uno de los tantos futbolistas nacidos en Parque. Su padre José significó mucho para la vida deportiva del club y al igual que sus hermanos, el Chino y el Checho, Fernando aprendió a querer a los colores de muy pequeño. Desde hace algunos años, se desempeña como coordinador de todas las disciplinas, lo que incluye el baby, el futsal y el cestobol femenino. “Vivimos casi seis años de incertidumbre”, cuenta. “Haber pasado por la puerta y verla cerrada nos dolía a todos. Confiábamos en que al club lo íbamos a terminar pero siempre estaba esa incertidumbre. Ahora estamos muy contentos. La idea era volver y traer todas las actividades otra vez a Marcos Sastre, nuestra casa. Este es un año de alegría, tanto nosotros como la gente de mayor antigüedad, lo esperábamos con ganas. Más allá de que ya tiene muchos años, tenemos una sede nueva”.

Cuando todavía resuenan algunas repercusiones de la temprana eliminación de la Selección dirigida por Ubeda en el Mundial juvenil (el Bocha pertenecía al cuerpo técnico), nuestro entrevistado afirma: “Lamentablemente, no se dio. Hicimos el máximo esfuerzo para llegar lo más lejos posible, lo vivimos con amargura y lógicamente hay muchas cosas para mejorar. En el fútbol argentino en general la realidad es esa”.
De inmediato, vuelve a posar la mirada sobre Parque. “Uno está ligado a todas las partes. Soy el coordinador de las actividades pero además tanto en la gerenciadora como en la Comisión Directiva, me suelen consultar”, afirma.

Le preguntamos acerca de cómo se fueron dando los acontecimientos hasta llegar a este promisorio presente. “Cuando decidimos empezar con las obras era porque lo necesitábamos -apunta-. Las instalaciones estaban quedando chicas. La cantidad de chicos que había en todas las competencias era enorme. Empezamos con la ilusión de armar algo importante. Después se acercó César con su gente y se mostró interesado en hacer algo por Parque, ya que es un chico que nació acá futbolísticamente acá. Leche viene a diario y está detrás de cada detalle, desde el primer día se puso la obra al hombro. Vino a dar una mano para que se pueda terminar y eso ya es algo concreto, al margen de que las obras van a concluir quizás en un año. Pero igual esta sensación es como la que uno tiene cuando vuelve a su casa después de estar mucho tiempo afuera”.

El Bocha observa el panorama a su alrededor. Son las 7 de la tarde de un jueves y las flamantes canchas están repletas de jugadores que asisten a las prácticas. “Hoy tenemos unos 700 chicos pero estamos en un 50 por ciento. Creemos que de acá a unos meses llegará al doble. Cuando esto esté en plenitud, seremos una institución modelo en Capital Federal. Abajo está lo que es el baby fútbol y arriba habrá otras tres canchas. Una, con medidas reglamentarias para futsal. Todavía no está techada y es lo que quedará para lo último. La idea era hacerlo ahora pero se ha decidido esperar un poco. Estimamos que para fin de año o principios de 2018 estará listo”.
Tocamos un tema menos agradable: el de los hinchas que no han llegado a ver este momento de felicidad. Por ejemplo, Osvaldo Scocchera, que partió hace unos meses: “Está el caso de Osvaldo y el de mucha gente a quien lamentablemente, no tenemos entre nosotros. Eso duele. Él era un tipo que siempre peleó por el club. Desde algún lado él estará feliz por este presente”.

En relación al futsal, explica: “Es un año de transición. Muchos chicos se han ido. El año pasado hicimos una pretemporada muy buena, lo mismo que la campaña, aunque no podíamos contar con la sede todavía y no sé si estábamos preparados para ascender. Por eso hay que seguir creciendo y en un tiempo, cuando estemos instalados y podamos ser locales acá, será nuestro momento de pensar en primera división. Igualmente, estamos muy conformes con los jugadores, los profesores y los padres de todas las categorías. Mientras tanto, de quinta a primera, estamos alquilando Comunicaciones, que tiene un muy lindo estadio”.

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