marzo 16, 2012

"NO PODÍA CREER LO BIEN QUE HABLABAN DE MÍ EN SAN LORENZO"

Pablo Giannico, destacado jugador de Los Andes.

Los Milrayitas cayeron en la final del cuadrangular del Sur, pero tuvieron su noche de felicidad 24 horas antes, cuando agónicamente superaron a Temperley, su tradicional rival. Pablo Giannico, su máximo goleador de 2011, conversó con La Voz del Futsal a propósito de la proximidad del nuevo torneo:
«Los Andes está bien. Este cuadrangular fue una buena medida y nos hace esperar más confiados.  Queremos revertir la imagen del año pasado».
«No quiero meter excusas: nos fue mal y punto. No se trabajó como se debía. Pero hubo muchas cosas que tuvimos en contra. Mejor dicho, no hubo nada que tuviéramos a favor. En las inferiores, siempre estábamos pendientes de completar o no el equipo. En Primera, rogábamos para que no falte el policía... Y así todo. Esas cosas no nos permitían entrenar ni jugar con tranquilidad. Hoy no es así. Por suerte, tenemos el apoyo de la Comisión Directiva. Vamos a laburar y nada más».
«En lo personal, el campeonato anterior lo terminé muy bien y salí bien arriba en la tabla. Eso es un detalle, porque el trabajo es en equipo. Igual, espero poder prolongar esa buena racha»
«Es cierto, estuve entrenando con San Lorenzo a principio de año. Me trataron muy bien. Siempre le estaré agradecido a Fabián López y a todos. Fue un orgullo que me hayan llamado, nunca lo hubiera pensado. Hablaban de mí de un modo que no lo podía creer. Pero mínimamente pretendía quedarme un año más en Los Andes. Es algo así como una revancha. Siento que lo que nos pasó en 2011 fue injusto».
«Lo primero que quiero es tener un buen campeonato con Los Andes. Más adelante ser verá.... A medida que transcurran las fechas, sabremos para qué estamos. Si para pelear arriba o no tanto. Mi cabeza está metido en esto. Después, ¿quién no sueña con irse a un club grande o jugar en Europa?».
«En cancha de once jugué en Temperley y San Martín de Burzaco. Pero tuve una lesión importante y se me complicó mucho volver... Entonces me decidí a jugar futsal, que es un deporte apasionante. Al mismo tiempo, trabajo doce horas por día en una empresa de repuestos».
«Ser dirigido por mi viejo es algo especial. Es un orgullo. Con él nos entendemos muy bien. Pero dentro del vestuario soy un jugador más. Si hago mal las cosas me va a decir lo mismo que le dice a mis compañeros. Lo bueno que tiene es que sabe lo que vos podés dar, cuando estás bien y cuando no. Si decidí quedarme en este club, en gran parte es porque le había mal a él».
«Mi papá tuvo la idea de largar todo el año pasado. Dijo que no quería luchar más contra la corriente. Pero yo traté de darle ánimo y junto con el grupo, le demostramos  que queríamos cambiar la imagen. Eso le dio fuerza. Y el 10 de enero ya arrancamos con todo otra vez».

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