1986
La actividad impulsada por la FIFA acababa de dar sus primeros vestigios de vida en nuestro país, donde la apertura del campeonato tuvo lugar en agosto. A nivel Selección, la actividad fue completamente nula. En cambio, internacionalmente se jugó el primer torneo de selecciones. Sucedió entre el 18 y el 20 de noviembre en Budapest, capital de Hungría, y el país organizador alzó el histórico trofeo al vencer a Holanda por penales, tras un empate en el tiempo reglamentario. Además fueron invitados: Italia, España, Bélgica, Brasil, Perú y Estados Unidos. Una circular de la FIFA publicada luego del certamen, rezaba: “La finalidad era la de probar las nuevas Reglas de Juego creadas por la Subcomisión nombrada por el Comité Ejecutivo. Podemos decir ahora que la aplicación de estas Reglas resultó un verdadero éxito. Es la razón por la cual les recomendamos a todas las Asociaciones Nacionales utilizarlas desde ahora, especialmente en las distintas competiciones previstas para fines de 1986 y comienzos de 1987. Se comprobó con este torneo de prueba que, con las nuevas Reglas, se puede jugar favorablemente este fútbol cinco en una sala, sin utilizar las bandas de rebote laterales y, con mayor razón, las de detrás de los arcos”.
1987
La experiencia favorable que implicó la primera competencia, animó a la FIFA a realizar un segundo torneo del 9 al 13 de febrero. La Coruña, España, fue la sede y además de la Selección dueña de casa participaron: Portugal, Bélgica, Estados Unidos, Brasil (representado por el equipo Bangú) Holanda, Italia y Hungría. En la final, España y Bélgica empataron en un gol y los locales ganaron por penales.
Todavía la Argentina no era tenida en cuenta, pero sí lo sería a partir del tercer campeonato, que se jugaría en Brasil en septiembre. A tales efectos, fue designado el director técnico. La nominación recayó sobre Vicente De Luise, quien se desempeñaba con éxito en Newell’s. Los Leprosos, equipo de gran tradición en el fútbol de salón, habían sido subcampeones en 1986 y ganarían el certamen del año en curso.
Los entrenamientos, que comenzaron a mitad de año, se llevaron a cabo en el gimnasio ñulista. La mayor parte de los convocados correspondía a futbolistas de los equipos rosarinos. Los que viajaban desde Buenos Aires, lo hacían los viernes por la empresa Antón. Luego de practicar dos jornadas bajo las órdenes de Veco, emprendían el regreso y los domingos actuaban para sus respectivos equipos.
Como nota de color, es digna de mención la actitud de Julio Grondona, quien la noche anterior a que la Selección partiera hacia Ezeiza se dio cita en la sede de Atlanta y allí compartió amigablemente un asado con la delegación nacional.
En septiembre se disputó el III Torneo Internacional de Selecciones (se detallará en la próxima entrega). Después del mencionado certamen de Brasilia, la Selección ya no volvió a reunirse hasta el año siguiente.
Foto: En su edición del 29 de septiembre de 1987, la revista El Gráfico le dedicó cuatro páginas al Futsal, que recién nacía. En una amplia cobertura del torneo de Brasilia, el enviado especial, Jorge Barraza, escribió: “Es un juego notablemente dinámico y veloz en el que, por suerte, no se puede adoptar un esquema exageradamente defensivo porque por las dimensiones de la cancha siempre se está en peligro de recibir goles”.
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