Gustavo Barbona, a los 34 años, es una de las grandes figuras de un Caballito que sueña con el campeonato. En la previa al partido con River (donde el Verde logró otro triunfo) este le decía a La Voz del Futsal:
«Nos cuesta mucho jugar contra los equipos que se meten tan atrás como Argentinos. A Caballito le gusta atacar, tener la pelota. Y por eso, hay veces que si se da eso y encima no podemos convertir, sufrimos más de la cuenta. Nos ocurrió esta noche». Así resumía Gustavo Barbona el acotado 2-1 con que su equipo ganó el sábado. El experimentado futbolista tuvo una destacada actuación, coronada con un gol brillante: de zurda la clavó abajo luego de sacarse de encima
un par de rivales sólo con amagues: «El gol por suerte sirvió para ganar. Eso es lo importante», minimiza. «Mis compañeros se adaptaron facilísimo a mi juego y yo al de ellos.
Oficialmente, el gol recién se me dio en la séptima fecha, pero la verdad es que fue antes, porque contra Hebraica hice uno y el juez se lo anotó a otro».
Barbona confiesa estar muy a gusto en su nuevo destino. Aunque lo de «nuevo» hay que tomarlo con pinzas, pues si bien en futsal juega por primera vez en Caballito «yo empecé en el baby a los cuatro años y me siento como en casa. A los dirigentes ya los conocía y siempre, mitad broma, mitad en serio, me decían de ponerme la camiseta del Verde. Y cuando se enteraron de que Boca prescindía de mis servicios, bastó un llamado para que volviera. Me junté con el técnico, más
que nada para saber qué proyecto tenía. Coincidimos las dos partes y listo. Ahora sé que lo primero es Caballito y en la lucha por el título trataremos de dar pelea hasta el final.
Perdimos puntos valiosos con Independiente y Kimberley, pero eso nos hizo recapacitar a tiempo».
Cuando se realizó la nota, Boca estaba en plena participación en la Libertadores. A los Copa, los xeneixes llegaron gracias a haber hecho una gran campaña en un campeonato del cual Barbona fue partícipe. Por eso, confiesa que parte de su corazón «también está con ese plantel. Me
une una relación muy intensa con la mayoría. Los únicos que nos fuimos, somos Marquito (Escobar), Matías (Navarro) y yo. Bah, que nos fueron.... Todavía me hablo con los chicos... Les tengo un aprecio muy grande».
«Nos fueron», pronunció Barbona. Por eso, era preciso que volver sobre esas palabras. El ex Boca dice que «a esta edad uno no puede quedarse con rencor por algo así.
Llega un momento que si te dice que ya no te necesitan, hay que bancársela. A mí lo que más me molestó fue lo de Marquito, que nació en el club, y es fanático de Boca.
El sufrió mucho por no jugar la Copa. A mí lo que sí me dolió es que, habiendo sido compañeros en Ferro de chicos, Christian no me informara la situación en un principio, debiendo enterarme por otro lado».
Acerca de las explicaciones que le ofreció Meloni, indica: «Yo ya sabía lo de Escobar y le mandé un mensaje a Meloni. Entonces me llamó, diciéndome que quería hablarme. Y la verdad que yo, que ya sabía cómo venía la mano, no tenía ganas de ir hasta Boca a sentarme con él a que me explicara nada. Meloni no pude decirme nada que yo no sepa. Le contesté que no se preocupara, que encima a mí ni me utilizaba y no es que estaba dejando libre a un jugador importante. Una vez, en una charla, él me había dicho que me llevó a Boca cuando no me conocía nadie. Mi respuesta fue que a mí me conocían todos. Simplemente yo me volvía después de jugar en
Italia y él fue el primero que me buscó. Pero tampoco es que me rescató de un subsuelo cuando estaba muerto. A mí me llamaron de otros lados y elegí Boca porque tenía ganas de seguir jugando en un club que me parecía serio».
Volviendo a la actualidad, asegura: «Me siento muy bien. Estoy agarrando ritmo. En Boca jugaba cinco minutos por partido y así no llegaba nunca a tener ritmo de competencia. ¿Si me cuesta bajar de peso? No, por ahí en Boca sabiendo que casi no jugaba, me relajaba y no me
cuidaba cómo debía. Acá es diferente. En Caballito estoy bárbaro».
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