Pintaba como una de las grandes promesas de la actividad. Surgió a la consideración popular en Las Heras, allá por el 2006. Siendo muy chico ya jugaba en primera, haciendo gala de un enorme talento con la pelota en los pies. Fabio Pérez lo dirigió en el Lobo y después lo llevó a Lamadrid, donde también se destacó. Luego fue el turno de 17 de Agosto, donde actuó también bajo la dirección técnica de Pérez.
En ese equipo, alternó buenas con malas e ingresó en una falta de continuidad peligrosa.
A principios de 2012, Chacarita pagó un costoso préstamo para tenerlo por un año. Sin embargo, apenas llegó a jugar unos meses, se lesionó y dejó la actividad. Ya no volvió a ponerse la casaca del Funebrero -que al cabo de esa temporada subió a Primera- ni tampoco la del club dueño de su pase. En la actualidad, de aquellas virtudes que lo convirtieron en un proyecto jamás concretado, ya no son tantos los que se acuerdan. ¿Volverá algún día?
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