julio 31, 2017

“ESTOY MUY A GUSTO EN ITUZAINGÓ”


“Yo soy el dueño de la pelota”, bromea Sergio Daniel Mendelevich. Con el balón debajo del brazo y su clásica sonrisa, se jacta de ser un “jugador todo-terreno”. Claro que ya hace rato que colgó los botines, pero desde su función de entrenador, cumple tareas al igual que tantos colegas: si hay que dar una mano en lo que sea, no tiene ningún problema en hacerlo. Y eso es precisamente, lo que el Ruso hace, ahora en Ituzaingó, la entidad en la que colabora a partir de este año como antes lo hizo en muchas otras: “La gente del club vive lejos de la AFA, son todos de la Zona Oeste. Como yo estoy en Boedo, si me necesitan, paso a comprar la pelota y la llevo”.
-¿Cómo se dio lo de Ituzaingó?
-Bueno, yo arranqué el 2017, en Riestra, en el cuerpo técnico de Chocolate Domínguez, a quien conozco de Huracán. Cuando la cosa estaba más o menos armada, se comunicó conmigo Luisito Godoy, para que lo ayude en Ituzaingó, dirigiendo la tercera, en las categorías más chicas y colaborando en primera.
-¿Cómo lo tomaron en Riestra?
-Chocolate lo entendió. Tanto a él como a la gente de Riestra los aprecio mucho.
-¿Y a Godoy cómo lo conociste?
-En la época en que yo dirigía a Ferro de Merlo y él a Deportivo Merlo. Siempre tuvimos una relación muy cordial.
-¿Se te complica ir hasta allá sin movilidad propia?
-El viaje es largo. Me tomo el tren, un colectivo, y a veces me acerca uno de los chicos que labura en Capital. Pero cuando uno le pone tantas ganas, la gente es tan buena y el proyecto también, te motiva más. La cancha donde jugamos, la de Estudiantil San José, es muy linda. El club hace un esfuerzo muy grande para jugar ahí. 
-¿Cómo ves al equipo?
-Bien. Cuesta mucho. Como en todos los clubes. Hay chicos que a veces no pueden entrenar por razones personales, de trabajo, por lesiones... Pero hay buen material: un grupo responsable, comprometido, y con jugadores de buen pie. Vamos a ver si entre todos sacamos esto adelante.
-Arrancaron mal...
-Y sí, es cierto. Eso fue hasta que se ensambló el equipo y obtuvo una identidad. Nos estamos encarrilando, mejorando de a poco.
-¿Qué falta para pelear más arriba?
-Un poco más de laburo, que el plantel pueda jugar más tiempo juntos, cosa que se dificulta por sus temas laborales. Nunca logramos estar al cien por ciento. Pero no hay que olvidarse que no cobran un peso. Esto es todo a pulmón. Así y todo, le ponen unas ganas bárbaras. Yo los admiro, los quiero mucho, son muy buena gente. 
-¿Hay posibilidades de que sigas el año que viene?
-Cumplí 31 años dirigiendo ininterrumpidamente en futsal. Si Dios quiere y la salud me da... Y con respecto a Ituzaingó, hay chances de seguir, porque el aprecio es mutuo. Ituzaingó es una gran familia, que sigue mucho al futsal. Yo estoy muy a gusto.
-Debe ser algo único que tengas puesta una pulsera de San Lorenzo y otra de Huracán...
-Es que soy del Ciclón y al Globo lo quiero porque jugué y dirigí ahí. Siempre hago fuerza por ellos. El presente de Huracán no es el mejor, pero creo que Maradei, Antico y compañía, lo van a sacar adelante. 

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