junio 20, 2021

RODRIGO MUNILLA: SU FALLECIMIENTO

 


Lo conocí a fines de la década del 90 en la oficina de prensa de la AFA. Enseguida congeniamos. Yo publicaba la revista semanal que se vendía en las canchas. Rodrigo no era del palo de la actividad. Pero así como a lo largo de los años colaboró con tantos medios periodísticos, también lo hizo con La Voz del Futsal, por ejemplo, con una emisión radial que iba por AM 650 a principios de la década del 2000. Rodrigo conseguía los fallos del Tribunal de Disciplina y por teléfono desde el edificio de la calle Viamonte, los daba al aire, mientras yo lo escuchaba desde el estudio ubicado en la localidad de Vicente López.

La sala de prensa de AFA lo tenía como a uno de sus grandes protagonistas. Allí y en otros sectores, se debatía tenazmente para conseguir información de primera mano, haciendo hincapié en fútbol de campo. Con el paso de las décadas y por su destacada labor, súper profesional, numerosos colegas –por vía oral, telefónica o a través de Internet- acudían a sus servicios para obtener el dato preciso. Era un periodista respetado, servicial, generoso, desinteresado, humilde (podrían seguir los elogios).

Más allá de la citada experiencia radial, también fue un gran aliado de La Voz del Futsal en otros frentes. Cientos de tardes compartimos las oficinas de AFA. Yo estaba abocado a nuestro deporte, pero en ciertas ocasiones en que no podía concurrir al edificio, él me salvaba, reuniendo información que luego me hacía llegar.

Fui testigo de su apasionado trajín por la búsqueda de noticias y de su gran responsabilidad para cumplir con todos los que requerían su ayuda. Pero también, muchos años antes, lo vi cuando periodísticamente, no tenía trabajos remunerados y en silencio, luchaba por conseguir algo, asistiendo a la AFA, con notable perfil bajo y perseverancia. Paradójicamente, llegaría un día en que hasta los medios de mayor alcance nacional, darían la noticia de su fallecimiento.   

Lo vi por última vez a fines de 2019. Después, la pandemia terminó con nuestros encuentros. La segunda ola del Covid-19 empezaba a avanzar con fuerza cuando me enteré de que se había contagiado y estaba grave. El querido colega Ricardo Fioravanti twiteaba prácticamente a diario las novedades de su estado de salud. Así logré saber que fueron casi tres meses de internación en terapia intensiva los que atravesó. Hubo un breve paréntesis, una mejoría donde lo pasaron a una sala común del Ramos Mejía, pero volvió a empeorar. Hasta que en la tarde del viernes 18 de junio, otro apreciado colega del futsal, Patricio Knaudt, por whastapp, me envió ese mensaje que tanta gente que lo conocía nunca hubiera querido ver: Rodrigo había fallecido. Desde estas líneas, un sentido pésame a sus familiares y seres queridos.

Foto: La Nación.

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