Hoy: Sebastián Abruzzese.
En estas horas no está de más
poner el acento sobre un jugador que -en futsal- ha sido uno de los
pocos que ostentan el privilegio de haber actuado en River y Boca.
Sebastián Abruzzese surgió en el famoso Atlético Lugano campeón de los
años 90, si bien su aparición fue apenas posterior a la camada de
excepcionales jugadores que lograron dar la vuelta olímpica en el 97,
destronando al Boca de Larrañaga (como dato de color, podría acotarse
que solía viajar a las canchas en su moto de alta cilindrada).
Una vez que aquellos "monstruos" emigraron, un grupo de juveniles fue
promovido por Alberto "Kike" Ocampo: entre ellos estaba nuestro caso de
hoy. Unas pocas actuaciones en primera bastaron para que River posara su
atención en él, y para el elenco dirigido por Vicente De Luise firmó a
comienzos de la década pasada. Allí confirmó sus buenas aptitudes,
aunque en un plantel provisto de muchas figuras, no consiguió el
objetivo del campeonato y debió hacer las valijas, justo antes de que
Oscar Trama tomara la batuta y saliera bicampeón en 2002/2003.
Abruzzese tuvo entonces un paso por Italia, y a su regreso fichó para
Boca, pero en La Ribera no tuvo la continuidad esperada, siendo de menor
relevancia que en River sus actuaciones.
Además, luego, jugó en otro grande: Independiente. Y por último, se puso
la camiseta de Huracán. Pero aquí pasó todavía más desapercibido que en
las instituciones anteriores y pronto no volvió a saberse más nada de
él, a pesar de que todavía no había cumplido los 30 años y, sin dudas,
tenía bastante hilo en el carretel.
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