El "Mape" hoy, en familia, junto a su esposa y su hijo, en Parque Chas.
De aquel pivot que a fines de los Noventa y en gran parte de la década pasada se destacó en Ferro, ya pocas noticias hay en el futsal actual. En su época, había sido un jugador caracterizado por su poder de gol, y también por lo que generaba en el plano extrafutbolístico, pues ni para árbitros ni para ocasionales rivales pasaba desapercibido. El “Mape” -el apodo con el cual se lo conocía en el ambiente- era un apasionado de la actividad, pues más allá de su condición de jugador, se lo solía ver en los estadios en donde hubiera algún evento importante.
Sin embargo, prácticamente de la noche a la mañana desapareció del ambiente. Primero colgó los botines y acto seguido, tampoco en las canchas su inconfundible figura fue más vista. ¿Qué es de su vida? En esta nota lo cuenta: "Estoy alejado, uno ya tiene una familia. Hay obligaciones, negocios... Pero bueno, cuando surge algún rato libre, siempre está la posibilidad de volver aunque sea para mirar desde la tribuna".
-¿Cuándo fuiste por última vez?
-Hace bastante. El último partido que vi fue uno de Ferro: el año pasado, contra Jorge Newbery. Yo vestí esa camiseta y tengo muy buenos recuerdos. Fue un lindo momento, compartido con amigos con los que de vez en cuando me sigo viendo.
-¿Qué opinás de la actualidad del club?
-Lo vi muy bien, renovado. Nosotros entrenábamos en un patio donde la temperatura en invierno era de cinco grados bajo cero. Y ahora ver ese microestadio y toda su infraestructura para todas las actividades me pone muy contento. El progreso es grande. En la Comisión de Futsal tengo amigos y ex compañeros que están trabajando bien. Además al técnico, Fernando Casais, lo conozco de toda la vida. Cuando fui me reencontré con él, con Pío Fernández, con los hermanos Porta, Gustavo Barbona, Carlitos Burgos. Guardo excelentes recuerdos de ellos. Pero ahora estoy más en el baby, ya que mi hijo, que tiene ocho años, juega en Parque Chas.
-¿En el baby también te conocen como el “Mape”?
-No, no, soy nuevo en este club. El nene jugaba hasta el año pasado en Social Parque y bueno, encontró un lindo grupo, donde las cosas se pueden contar de otra manera. Lo importante es que él se divierta. A esta edad, eso es lo principal.
-¿Por qué se fueron de Parque?
-Uno tuvo un pequeño percance con uno de los técnicos-allegados. Decidieron que los chicos que jugaban en Boca se quedaran en la letra A y los que no, como el caso de mi hijo, iban a estar más relegados. Así que decidimos venir a Parque Chas, donde hay un mayor contacto con las inferiores de River.
-¿Cómo lo ves a tu pibe?
-Le falta....recién tiene ocho años, es muy chico. Aún debe aprender que siempre tiene que mirar para adelante, entrenar, ser buen compañero. Y sobre todo, una buena persona.
-¿Se parece a vos en lo futbolístico?
-No, es diferente. Yo era diestro y le pegaba de puntín. Él es zurdo pero con calidad. Anda bien; tiene que mejorar bastante pero todavía es chico y tiene mucho tiempo para aprender.
-¿Le ves pasta de goleador?
-Veo que sí... porque está jugando los domingos en un torneo muy competitivo y siempre hace goles. Pero no hay que meterle presión.
-¿No se le sale la cadena?
-No, es muy tranquilo. En eso no salió a mí.
-¿Qué resumen hacés de tu paso por el futsal?
-Después de 20 años de trayectoria, de momentos buenos y malos, me llevé muchos conocidos y amigos. Los aprecio y si bien hablo con ellos con menor frecuencia que antes, son parte de lo más lindo que me tocó vivir.
-Ya que lo mencionás, ¿cuál fue tu mejor momento?
-Cuando salimos campeones con la tercera de Ferro en la antigua cancha de Boca.
-¿Y el peor?
-Si bien yo no fue partícipe, elijo un momento que me dolió un montón: cuando Ferro se fue al descenso. Sufrí mucho porque pasaron jugadores y técnicos que no eran los adecuados para el club y la actividad no podía salir adelante. Hoy, por suerte todo quedó atrás y estamos bien arriba.
-Más allá de Ferro, ¿qué otro equipo elegís de tu larga trayectoria?
-Pasé por Parque, Lamadrid, Allende, 17 de Agosto... Y creo que en este último club anduve muy bien. Entablé una gran relación con su técnico, Charly Fernández. Fue una etapa positiva en lo humano y en lo futbolístico, ya que hicimos destacadas campañas.
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