Con un tanto del fueguino Pablo Vidal a un minuto del final con
arquero-jugador, la Selección enmudeció un repleto Arena Bangkok y
festejó el sexto título en tres años y medio, desde que comenzó la era
Giustozzi.
Texto y fotos: agradecimiento Pasión Futsal
Esta Selección nos malacostumbró, pero qué orgullo
nos provoca... Esa es la primera reflexión que se viene a la cabeza
después de haber visto cómo consiguieron el sexto título en tres años y
medio de la era Diego Giustozzi, con el agónico gol del fueguino Pablo
Vidal, de visitante ante Tailandia y ante un estadio colmado por casi 10
mil personas.
Con
once finales -o partidos definitorios- en once torneos jugados desde
diciembre de 2013, Argentina evolucionó en cada convocatoria y lo
trasladó a resultados, algo que muchas veces es difícil y provoca las críticas de la opinión pública, como dijimos en la previa de este partido.
Pero
ésta etapa de Argentina cambió la cabeza de todos: dirigentes, miembros
del cuerpo técnico, jugadores, clubes, hinchas... todos los que forman
parte de este hermoso deporte.
Después
del triunfo de Kazajistán contra Mozambique (4-2) en el primer turno de
la última fecha, la Selección argentina estaba obligada a vencer al
local Tailandia para quedarse con un trofeo que ya había ganado en 2008,
en la previa al Mundial FIFA de Brasil.
Y
tuvo un primer tiempo espectacular, avasallando a su rival, aunque solo
terminó 1-0 arriba, por las oportunas intervenciones del arquero
Hankampa, la figura del partido, y la mala definición de los
albicelestes en otras chances claras.
Nico
Sarmiento casi no tuvo trabajo en el arco albiceleste y fue un
espectador de lujo de cómo Argentina lograba una asfixiante presión
sobre la salida de Tailandia, que debió revolear el balón en más de una
oportunidad.
La
diferencia llegó a los quince minutos, cuando tras una salida de
lateral, Sebastián Corso -uno de los puntos altos del equipo- anticipó a
su marcador y sacó una volea tremenda que se clavó arriba.
Argentina
estaba tranquilo con el resultado y el juego, pero en apenas 15
segundos del complemento todo se esfumó: en la primera jugada Nico
Sarmiento salió a cortar lejos y vio la roja por una dura infracción
sobre el capitán tailandés.
Guido
Mosenson, que arrastraba una molestia muscular, ingresó en el arco y
estuvo a punto de aguantar los dos minutos de inferioridad, pero un
remate de media distancia de Jetsada Chudech se le escurrió y significó
el empate de Tailandia.
A
partir de esa situación el partido cambió, porque se "rompió",
Argentina dejó de tener paciencia en ofensiva y empezó a intercambiar
peligrosamente ataque por ataque.
Ahí
se agigantaron las figuras de Hankampa en el local y Mosenson en la
albiceleste, con un trabajo soberbio del hombre de Boca, surgido en
Hebraica.
Juan
"Gallego" Rodríguez, como ante Kazajistán, tuvo la chance desde el
doble penal, pero su remate se fue apenas ancho contra el palo
izquierdo.
Y
el final del partido fue un regalo para los amantes del Futsal: tanto
Giustozzi como el español "Pulpis" apostaron por la inclusión del
arquero-jugador para ganarlo.
Pero
fue la albiceleste, con Santi Basile con el buzo amarillo, el que la
metió: Lucas Trípodi se metió a pura gambeta en el rombo de Tailandia y
cruzó al segundo palo para el fueguino Pablo Vidal, goleador de San
Lorenzo y del torneo de AFA, que sentenció el 2-1.
Argentina
reescribe su historia a cada paso que da y a nosotros se nos terminan
los adjetivos y se nos ponen rojas las palmas de aplaudir y llorosos los
ojos de ver a la Selección en la cima del mundo, en base a trabajo y
convencimiento.
Argentina: Sarmiento; Stazzone, Basile, Constantino Vaporaki y Borruto. Ingresaron: Vidal, Bolo Alemany, Trípodi, Mosenson, Claudino, Corso y Abdala. Suplente: Juan Rodríguez. DT: Diego Giustozzi.
Goles en el PT: 15m Corso (A).
Goles en el ST: 2m Chudech (T) y 19m Vidal (A).
Expulsado: ST 20s Sarmiento (A).
Cancha: Bangkok Arena (Tailandia).
No hay comentarios:
Publicar un comentario