septiembre 08, 2008

CLARO TRIUNFO DE AMÉRICA ANTE HURACÁN

En su función de arquero Maradei domina el balón. Sucedió en los instantes finales, cuando el resultado ya estaba 8-4 a favor del equipo visitante.

Un inobjetable triunfo obtuvo América en su visita a Parque Patricios. Gracias a él, el equipo de Gómez continúa dándole forma a una campaña que a esta altura ya es excelente, pues sobre un total de cinco partidos del Clausura –tiene pendiente uno con Boca- ganó cuatro y perdió sólo uno. Por su parte, Huracán, que había tenido un auspicioso arranque, acumuló su tercera derrota consecutiva y volvió a hundirse en la tabla del promedio.
Frente a América, tuvo tres ausencias de consideración: Soto, Villordo y el lesionado López Villalba, y si bien en la primera etapa disimuló bastante bien sus bajas, en el complemento las diferencias entre uno y otro equipo fueron importantes y en ese período los del Parque Avellaneda terminaron de construir un éxito claro y rotundo.
Las acciones habían estado parejas hasta el último minuto del primer tiempo. Hasta allí, el 2-2 no permitía que se vislumbrara un ganador. Sin embargo, aquellos instantes finales fueron claves, porque América consiguió dos goles casi seguidos y se fue al descanso 4-2 y más entero anímicamente.
Al minuto del ST descontó Civale, pero de inmediato Potenza colocó el 5-3, tras lo cual la balanza se fue inclinando decididamente a favor de la visita. A los 9’ Trifone le dio a Huracán el golpe de nocaut, iniciándose allí un festín que tuvo como protagonistas principales a Vaporaki y Trifone, que se encargaron de enloquecer a la desbordada defensa quemera. A los 12’ Maradei (jugando ya como arquero) logró descontar, pero era evidente que mientras al Globo crear peligro le costaba una enormidad, América fabricaba ocasiones en una proporción mucho mayor. Aunque por culpa de su escasa puntería, sólo dos de esas situaciones terminaron con la pelota en la red: a los 15’ (Trifone) y a los 17’ (Felder), llegaron los goles que le dieron a América la tranquilidad para afrontar el desenlace con tres puntos muy valiosos en el bolsillo.

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