* En el estadio Malvinas Argentinas, muy entusiasmada estaba la gente de Kimberley con la posibilidad concreta de entrar a la Libertadores por la renuncia de Pinocho. Según el reglamento 2009, es quien debería ocupar esa plaza por ser el que mayor puntaje sacó detrás de Pinocho y Boca. Esta semana, seguramente, se oficializará su nombramiento.
* Juan Carlos Gorostisaga estuvo en el estadio. El dueño de la firma Japan Motors llegó con un objetivo concreto: entregar los fixtures del campeonato 2011 que confeccionó para este año. Pero no fue el único gimnasio que visitó, con la finalidad de efectuar la entrega: "De acá me voy a Almafuerte, después a 17 de Agosto y termino en Villa Modelo, donde juega Independiente con América". Eso sí: antes de continuar su maratón tuvo tiempo de deglutirse dos exquisitas bondiolas en el buffet del Malvinas.
* Daniel Licciardello debutó en Kimberley. El ex Platense llegó acompañado por varios integrantes de su numerosa familia. Y hasta tuvo la suerte de hacer un gol en su estreno (el segundo de su equipo). Hasta allí, todo era felicidad. Más tarde, Boca dio vuelta el trámite y ya no se vieron rostros felices en el sector local.
* Luis González continúa al margen del elenco xeneixe debido a la lesión que lo marginó del Nacional. Lucho presenció el encuentro (junto al Pelado Ferreira, otro ex Argentinos que no fue citado) y comentó que tal vez dentro de dos fechas, volverá a estar a las órdenes del cuerpo técnico. ¿Una mala para Boca? Ahora el que se lesionó es Damián Baptista, quien sufrió un esguince de tobillo en el segundo tiempo.
* Otro que sigue sin poder jugar es Pablo Taborda, cuya habilitación todavía no llegó a la AFA. Hace varios meses que el jugador está en Kimberley tras su paso por Italia. Sin embargo, el transfer nunca fue enviado a la Argentina y ante dos pedidos de habilitación que su institución realizó ante la FIFA, tampoco hubo respuesta. Taborda estuvo en la tribuna alentando a sus compañeros.
* Simultáneamente a Kimberley-Boca, en Pilar jugaban Hebraica-Pinocho. Por eso, el padre de Guido Mosenson (cuyo pase pertenece a los de la colectividad) recibía constantemente llamados a su celular, informándolo acerca de la suerte del equipo que dirige Noriega. A Mosenson padre se lo veía ilusionado, aunque también muy nervioso, cuando el resultado era 5-3 a favor del local. No obstante, al igual que con Kimberley, su rival dio vuelta el marcador, que culminó con un 7-5 idéntico en ambos casos.
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