Este sábado Chacarita celebró su ascenso a la división superior, en cancha de Las Heras. El evento, sirvió además para despedir a tres jugadores que colgaron los botines: Federico Quevedo (en este caso, los guantes), Pablo Nicolás Gutiérrez y Pablo Ariel Gutiérrez.
Los tres homenajeados posan para La Voz del Futsal.
Un programa partidario funebrero también llegó a Ballester para cubrir el espectáculo.
La casualidad dio lugar a que dos de los "retirados" fueran homónimos, y que le dijeran adiós al futsal al mismo tiempo.
Una buena cantidad de gente acudió a festejar con sus jugadores el título obtenido.
Los jugadores de inferiores hicieron un cordón para que los de la primera salieran a la cancha, pero en vez del equipo, justo llegó uno de los árbitros (Martínez Cuenca) y sin querer, recibió los impensados saluditos. El otro árbitro fue Diego Riccio.
Ariel Carta y sus dos hijas. El DT logró distenderse y lejos del stress de los partidos oficiales, se divirtió junto a sus dirigidos.
Uno de los equipos: el de los "Amigos del Corto" (por Pablo Ariel Gutiérrez). El resultado nadie lo tuvo en cuenta. Sólo quedó en claro que hubo muchísimos goles.
El otro contendiente: el de los "Amigos de Kapucha" (por Pablo Nicolás Gutiérrez). Empezaron a jugar con estas formaciones, pero después el partido se "deformó" y terminaron entremezclándose y dejando participar a varios allegados al plantel.
Un equipo "bizarro", conformado por Eduardo Rivero (DT de inferiores), Marcos Bongiovanni (ex arquero de varios equipos y directivo de Chacarita), Ariel Carta (DT de la primera)y Zunino (PF). Abajo: Damián Bruni (periodista y representante de Chaca en AFA), Adrián Gutiérrez (hermano del Corto) y el voluminoso Sandro Severino (delegado). Reemplazando a los Amigos de Kapucha, entraron cuando restaba poco para el final del PT, consiguiendo que el partido fuera menos formal aún de lo que ya era.
Previamente al cotejo principal, hubo un encuentro donde unos cuantos chicos de las inferiores, se enfrentaron a sus padres. Aquí, los juntamos para la foto.
Marcos Bongiovanni pagó un par de patadas fuertes (por supuesto, todo en broma), hizo algunas de sus locuras (quiso meterse un gol en contra, pero no lo logró) y el réferi le mostró la roja. Sin embargo, no le hizo caso y se quedó en el arco.
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