noviembre 27, 2013

Condorito González: “Cuando pierdo me siento el peor de los técnicos”


Estrella de Boedo no realizó una buena campaña y su entrenador, César González (en la foto junto a Luciano Dopico y su hijo Polo), asume toda la responsabilidad

Para Estrella de Boedo, el 2013 se escurrirá sin que el equipo estuviera prendido en la conversación de los de arriba. En cambio, los dirigidos por César González quedaron más cerca de los últimos puestos de la Copa de Oro, que de las más altas posiciones.
“Fue un año bastante movido -sostiene el técnico-. La competencia fue dura. Los objetivos eran mayores y no fueron cumplidos”.
-¿Qué sucedió?
-Lamentablemente no se dio; asumo toda la responsabilidad. No me contrataron para obtener estos resultados.
-¿Cuáles son los motivos del bajo puntaje?
Tengo algunas conclusiones,  está todo en mi cabeza, pero a fin de año recién voy a hacer un análisis más profundo. Antes, no me parece correcto.
-¿No vas a decir nada?
-Sólo puedo decir que hemos trabajado para llegar a esos objetivos, pero no lo hemos conseguido.
-¿Por qué afirmás que toda la responsabilidad es tuya?
-Cuando uno es muy exigente consigo mismo, las primeras fallas son las personales. Si gano tengo una semana tranquila, pero si pierdo me siento el peor de los técnicos.
-¿Qué te pareció la modalidad del campeonato?
-El torneo me gusta. Hubo muchos resultados sorprendentes, pero es el nivel que hay. Se juega distinto que el de Primera, pero tiene sus condimentos. Siempre me gustó el campeonato de la B.
-¿Seguís el año que viene?
-Hoy por hoy, me debo a la Comisión de Estrella, que es un ejemplo de institución. Me ha tocado estar en clubes como Kimberley y Estrella, que son oasis por como se manejan. Tienen una filosofía y tratar de respetarla, no sólo en cuanto a resultados. ¿Cuántos son los técnicos que si no ganan un par de partidos, se tiene que ir? Ojalá todos los clubes respetaran a sus técnicos como me respetaron a mí.
-¿Renunciaste a mitad de año?
-Informalmente he hablado con el presidente en su momento. No era mi intención irme, aunque yo sabía que si tenía que correrme, lo que está por arriba de todo es el club. Pero nunca ellos tuvieron la intención de que me fuera; me pareció bien que me ratificaran la confianza.
-En casi todos los equipos que dirigiste tuviste continuidad. ¿Por qué no pasó lo mismo en Defensores de Belgrano, tu primer club?
-Me duele que pienses así. Ahí sólo fui técnico de inferiores y jugué en primera. No se dio la continuidad porque no había una estructura. Después, en All Boys Saavedra sí se apostó a un proyecto, como también después en Kimberley, con gente seria que ve más allá del resultado del domingo. Lo que pasa es que esos resultados son los que te hacen sentir bien o mal.
-¿Cómo anda tu vida privada?
-Muy bien, estoy atravesando una excelente etapa personal.
-¿Te separaste?
-Todo el mundo sabe que me separé hace un año.
-¿Y ahora?
-Disfrutando, con amigos. Me estoy adaptando y dentro de lo que puedo, la paso bien. No puedo quejarme: tengo unos amigos maravillosos, que en su momento fueron chicos y ahora son hombres de bien. Cuando uno estuvo caído, ellos estuvieron cerca, no me dejaron ni un minuto solo. Eso es para agradecer.
-Hasta el año pasado tu ayudante de campo era Hernán Basile pero en 2013 te acompaña Luciano Dopico. ¿Qué opinión te merece trabajar con él?
Luchi es único. Es un ser maravilloso. Siempre fue como mi hermanito menor. Ahora está en un muy buen lugar. Es el número dos. Vale millones tener a alguien para él. Lástima que los réferis no lo quieren mucho.

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