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Estrella de Maldonado es el primer clasificado para la Copa
de Oro –todavía no está confirmada la denominación oficial- del año que viene.
En Atlanta, venció a Deportivo Merlo 8 a 7 y se aseguró esa plaza para 2014. A los 5 minutos el
local ya se imponía 3-0. El primer tiempo terminó 4 a 1 y en el comienzo del
complemento, llegó a tener una ventaja de 6-1.
Sin embargo, la visita experimentó una enorme levantada (en la etapa inicial también había llegado, pero sin cristalizarlo en la red), que lo condujo en pocos minutos hacia el umbral del empate. Efectivamente, la vergüenza deportiva de los Charros, su coraje y el quedo de un adversario que cayó en un pozo signado por el nerviosismo, hizo que el trámite diera un vuelco y que cuatro goles del Deportivo llevaran el tanteador hacia un impensado 6-5.
Sin embargo, la visita experimentó una enorme levantada (en la etapa inicial también había llegado, pero sin cristalizarlo en la red), que lo condujo en pocos minutos hacia el umbral del empate. Efectivamente, la vergüenza deportiva de los Charros, su coraje y el quedo de un adversario que cayó en un pozo signado por el nerviosismo, hizo que el trámite diera un vuelco y que cuatro goles del Deportivo llevaran el tanteador hacia un impensado 6-5.
Pero los de Petruelo consiguieron escapar a tiempo del
peligroso terreno en el que estaban empantanados y a continuación, el partido
fue de gol a gol. Primero, el Gaby Ramírez señaló dos veces para los de
Palermo, estirando la cuenta a un 8-5 que parecía inapelable. Pero el suspenso
otra vez volvió a ser protagonista en la sede de la calle Humboldt, cuando muy
cerca de la pitada final, Merlo anotó dos goles más que lo depositaron al borde
de la hazaña.
Los 25 últimos segundos resultaron una dura prueba para
Estrella, que se vio nuevamente acosado por un incansable adversario. No
obstante, la chicharra y el cronómetro en cero, le devolvieron el alma al
cuerpo y tanto los jugadores como el cuerpo técnico y su gente, se desahogaron
con un grito que se escuchó desde Villa Crespo hasta Palermo.
SALDOS Y RETAZOS
Primer acto. El DT de Estrella, Juan Petruelo, en bermudas.
Sucedió en el partido de tercera. Pero al igual que su colega de Merlo, Víctor
Avila, la dupla arbitral lo anotició de que reglamentariamente no podía
presentarse a dirigir si no le ponía los largos.
Segundo y último acto. Partido de primera. Petruelo ya
colocó los jeans y bromea con Leandro Lorenzo. “Mi señora corrió a buscarme un
pantalón a casa porque no nadie en la cancha me podía dar uno”, explicó. ¡Y con
el calor que hacía!
Ezequiel Freire ocupó el arco de Estrella durante todo el
torneo. Pero esta vez, se tuvo que conformar con hacer la planilla. “Me echaron
la fecha pasada por doble amarilla y justo me pierdo este partido. No lo puedo
creer…”, se lamentó el buen arquero de los locales.
Gran cantidad de público, como se podía llegar a prever,
acompañó al local en su búsqueda de la Copa de Oro. Bandera, bombo y redoblante
fueron elementos insustituibles a la hora de alentar.
La gente de Merlo era mucho menor. Pero también se hizo
sentir cuando su equipo experimentó la notable reacción del segundo tiempo.
Cuatro valores fundamentales en la gran levantada de
Estrella en el segundo semestre: los “wachiturros” promovidos al plantel
superior y le cambiaron la cara al equipo. De izquierda a derecha: Medina,
Claudino, Marín y Ramírez. Muy pronto, nota a los cuatro en La Voz del Futsal.
Una buena parte de la hinchada de Estrella estuvo conformada
por familiares y amigos de los mencionados “wachiturros”. Los cuatro, son de
Villa Hidalgo, partido de Boulogne.
Un mundo aparte, separado del futsal apenas por el cristal
de un vidrio. Detrás de la tribuna lateral del gimnasio de Atlanta hay unos
ventanales. A través de uno de ellos, se podía apreciar… ¡un campeonato de
pingo pong! Nuestra actividad está repleta de estas sorpresas.
Las tres generaciones de la familia Bussinger, entre los
cuales hay un ex jugador del club, Matías, y su papá José, que por muchos años
supo ser delegado y momentáneamente está en muletas tras una operación. Muy
sonriente, al igual que los demás, completa el cuadro el abuelo, que no quiso
perderse la consagración del club de sus amores.
Nadie quiere perderse la foto del primer clasificado a la
Zona de Oro 2014. Indudablemente, un recuerdo que los parientes y amigos de los
jugadores, sabrán atesorar.
La doctora Viviana Hamilton en acción. Muy atenta a todo,
aquí le coloca un apósito a Gabriel Ramírez. Más atrás, observan la escena el
goleador Rey Serantes y Pablo Pepe Peric, que con sólo 18 años, debutó en la
primera.
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