julio 23, 2021

CUANDO NUESTRO DIRECTOR NO HABLA DE FUTSAL

 PERMÍTANME ESTE CONSEJITO

Observar cómo alteramos las prioridades

En el fútbol pasan cosas insólitas. Las declaraciones de amor de los hinchas hacia un club, a veces, son más grandilocuentes que las formuladas hacia un ser querido: “Sos mi vida”. "Por vos dejo todo". "Te quiero más que a mi vieja"… Son frases que recuerdo mientras escribo esto. No hice una investigación para confirmar si de verdad existen en alguna bandera o en una canción de una hinchada. Pero si las consignas no se ajustan textualmente a esto, lo cierto es que el concepto sí está instalado en nuestra realidad cotidiana.

Las frases de los hinchas, pueden sonar a exageraciones hechas a adrede por ellos. Sin embargo, mi experiencia en este ámbito me permitió ser testigo de situaciones como estas: gente que miente para irse del trabajo y poder ir a la cancha, gente que, arriesgando su salud, va a un estadio estando enferma, gente que antepone un partido a compromisos familiares de su círculo íntimo… La referencia no es tanto sobre casos puntuales, sino a hacerlo ya como un estilo de vida.

Al margen de lo sucedido con los colores propios, está la desmesurada antipatía hacia los que se identifican con los rivales. Se considera enemigo a alguien, al punto de despreciarlo solo porque posee otros gustos futboleros. Al enumerar todo esto, no pretendo diferenciarme: yo también hice estas cosas. Me enorgullecí por ser partícipe de este sistema de amores y odios, y hasta lo incentivé desde mi función periodística.

Después comprendí cómo entre otras cosas, el sistema está alimentado por los medios de comunicación, que en su discurso políticamente correcto se manifiestan a favor de los valores sanos, pero en la práctica -donde crecen la cantidad de programas, debates y shows que tienen a la pelota como protagonista- sobredimensionan la importancia de un fútbol que ya no es un hermoso deporte, sino un lugar donde la intolerancia y la violencia han quedado tan enquistadas como en casi toda la sociedad

Hablo del fútbol porque es de lo estoy más cerca, si bien en pedestales similares se suele colocar a bandas musicales, y distintas clases de pasatiempos que quizás ni siquiera sean personas de carne y hueso. La industria de la diversión busca abarcar grandes territorios. Y el fútbol es una de las tantas puntas de lanza que tiene para conquistarlo.

Cuando no podamos -o no queramos- anteponer ciertas prioridades por sobre otras que no lo son, es posible que terminemos pagando las consecuencias, a nivel individual y/o colectivo. Esto no significa que habría que eliminar el esparcimiento de nuestra vida, pero si por encima del trabajo, la salud o la familia tenemos una pelota de fútbol, un cantante o la playstation, no debería sorprendernos si nos van mal las cosas. Yendo todavía más lejos, nuestro Creador nos indica que por sobre todo, debemos ubicarlo a Él; entonces, Él se encargará de que esto resulte de bendición para nosotros y nuestro entorno. En general, el mundo ha ignorado este mensaje. Al hacerlo, no debería resultar extraño que nuestro planeta esté sufriendo por un triste presente y un preocupante futuro.

Un sustento bíblico:

Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente y con todas tus fuerzas. Marcos 12:30.

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