A mediados de los 2000 hizo el curso de técnico y también colaboró con la Escuela, filmando eventos. Una vez tuve la intención de hacerle un reportaje a los “Melli” (él y Javier), por su condición de fervientes futsaleros. Pero Leo, amablemente, se negó: no quería figurar. Más de una vez, en su auto, muy tarde en la noche, me sacó de estadios alejados. Recuerdo, por ejemplo, un día laborable (un jueves, puedo afirmar casi con seguridad), que me llevó a mi casa desde el Polideportivo de Almirante Brown. Tuvo que desviarse muchísimo, dando una vuelta gigantesca para luego retomar su rumbo hacia Caballito cuando ya era de madrugada. Pero si se trataba de hablar de futsal, a Leo el correr del reloj parecía no interesarle demasiado.
Un fin de semana jugaban en Estrella de Boedo, Caballito o Ferro y Rosario Central. Yo estaba contrariado porque al finalizar la jornada, debía encontrarme con la que era mi novia de entonces, para ir al cine, en la zona de Cabildo y Juramento, o sea, bastante lejos del evento futsalero. La tira se había atrasado y mi preocupación crecía. El viaje en colectivo me insumiría al menos una hora. ¿Cómo justificaría mi demora? ¿Cómo evitaría el malhumor de mi novia? ¿Cómo culpar al futsal, una vez más, de una tardanza de la cual yo, por no haber previsto esto, era el principal responsable? Fue entonces cuando pensé en Leo. No entiendo cómo accedió a llevarme, pero lo hizo. Como copiloto iba Javier y yo me senté en el asiento trasero. Y si bien no fui puntual en la cita, no quisiera imaginarme lo que hubiera sucedido si debía ir en colectivo. Hoy, aquella novia es mi esposa y la madre de mis hijas.
A medida que fui dejando de concurrir a los partidos de primera con la misma frecuencia, también dejé de ver a los “Melli”. Tras la llegada de la pandemia, no hablé más con ellos. Una noche me enteré de su fallecimiento. La noticia me golpeó a pesar de que ya había transcurrido mucho tiempo del último contacto que tuvimos. Por eso, días después, decidí escribir estas líneas, y mediante ellas, además, expresarle mis condolencias a sus familiares y seres queridos.
Foto: Leo Porta, filmando futsal en el estadio de Argentinos Júniors. Junto a él, su hermano Javier, Martín Figueira –de traje- y Sebastián Espigares, de gorro oscura.
1 comentario:
el de gorro negro me parece que es diego lanzani dt de aaaj infantiles
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