julio 06, 2011

DOS ARQUEROS, DOS HISTORIAS

En Hebraica conviven tres grandes guardavallas. Dos de ellos, pasaron por la Selección y luchan por ser titulares ahora que Guido Mosenson fue habilitado para actuar tras desvincularse de Kimberley. Tanto él como Fernando Poggi, tienen mucho para contar.

“Me duele lo de Argentinos, lo de Parque no me sorprende”

Argentinos, Italia, 17 de Agosto, Parque, la Selección... Todas esas camisetas vistió Fernando Poggi. Hoy, superando la barrera de los 30, firmó para Hebraica
cuando admite que tenía pensado retirarse. Pero... «Me llamó Nico Noriega para venir. Era un año complicado: el trabajo, el nacimiento de mi hija... No podía entrenar tantas veces por semana pero llegué a un buen arreglo con el técnico y no me arrepiento. No sabía que iba a encontrarme con un club así. Es mucho más de lo que yo esperaba».
Poggi reconoce que su estado anímico no era el mejor después de haberse ido de Parque el año pasado: «Me fui mal, amargado. Yo sentí que era una de mis últimas experiencias y la verdad, fue demasiado negativa. Me quedé con ganas de revertir esa mala imagen». Profundizando
en ese concepto, indica: «Lo echaron a Diego Campana, que es mi amigo, pero no me fui por eso sino por decisiones que estaban tomando los dirigentes. No iba a ser cómplice de lo que estaba pasando. Fue injusto por el técnico y por el plantel, que nunca tuvo materiales ni espacio para trabajar. No iba a quedarme para hacer papelones y me fui faltando algunas fechas». El arquero
dice no sentirse apenado por la difícil situación por la que atraviesa Parque respecto del promedio, pero sí por la de Argentinos, el club en el cual se inició: «Esa es mi casa y me duele que esté así. Lamentablemente, pudiendo darle una mano, nunca pude volver, por un tema que no quedó claro. Lo de Parque, en cambio, no me genera nada, ni tampoco me sorprende, más allá de que a Osvaldo Scocchera lo quiero mucho. No creo que sea él el culpable, pero las cosas ahí no se están haciendo bien. Por suerte, me di cuenta que Hebraica es mucho más serio, en cuanto a grupo y a dirigencia, que siempre apoya. Los primeros partidos los perdimos todos y no faltó nadie ni un día a entrenar. No podíamos creerlo. A mí, que soy el único nuevo, me recibieron de primera».
Si bien Hebraica es totalmente amateur en cuanto a remuneración para su plantel, a Poggi eso no le importó: «Yo sabía lo que podía dar en cuanto a compromiso. Y no pretendo que me paguen cuando no son muchas las veces que puedo ir a entrenar». Flamante papá, cierra la nota a
pura felicidad: «Estoy durmiendo poco pero no me importa, esto me cambió la vida».

“No soy de los que dejan las cosas por la mitad”

Guido Mosenson regresó a Hebraica luego de rescindir el préstamo que lo unía a Kimberley. Hace unos días, quedó habilitado para actuar y oficialmente, ya está en condiciones de hacerlo: «Estoy contento por haber vuelto a lo que es el origen de uno. Ya hace un mes que estoy entrenando. Mis compañeros me recibieron muy bien y al equipo lo veo bárbaro, mucho mejor que cuando estuve antes. Sumó un montón la vuelta de los hermanos Edelstein y Nico Noriega es un técnico que anda fenómeno con el plantel».
-¿Volvés con la idea de ser titular?
-Yo vine para su
mar. En el plantel hay dos grandes arqueros como Poggi y Arruguete. Mi idea es estar tranquilo, entrenar y jugar si el técnico lo dispone.

-¿Y si te toca ser suplente?
-Voy a dejar todo para jugar, pero si no se da, lo voy a aceptar sin dudas, y seguiré entrenando.

-¿Cómo quedó la relación con la gente de Kimberley?
-Con los chicos nunca tuve ningún inconveniente. Con el cuerpo técnico tampoco. Y con los dirigentes, al darme el pase, tampoco.

-Entonces, ¿cuál fue el problema?
-Algo externo. Pero ya pasó y prefiero dejarlo de lado.

-Después de decir que te ibas, anunciaste que la Libertadores sí la ibas a jugar. ¿Por qué luego no viajaste?
-Pasaron otra vez algunas cosas que excedían a mis compañeros, el cuerpo técnico y los dirigentes. De vuelta tuve que decir que no porque había cosas que no compartía.

-¿Pero qué pasó puntualmente?
-Algo que me hizo sentir incómodo. Yo quiero mucho al futsal y dejo todo por este deporte. Pero hasta cierto punto. Después, creí que no era necesario seguir estirando más las cosas y preferí volver a mi club de origen.

-¿Qué tan cerca estuviste de viajar?
-A una hora. La misma mañana de la partida decidí no subir al micro. Pero ya pasó.

-A la gente que se enojó por tu alejamiento, ¿que le dirías?
-Que no soy de los que dejan las cosas por la mitad. Simplemente, éstas fueron circunstancias especiales y elegí a mi familia y a mí antes que al futsal. Espero que en el año que estuve en el club me hayan llegado a conocer y no piensen que soy un garca, o lo que sea. De mi parte,
está todo más que bien.

-¿Hubo gente que te acusó de eso?
-Sí, pero son pequeñas situaciones que si vos las charlás, se entienden rápido, se solucionan. Los chicos son unos fenómenos. Bueno, hubo diferencias, pero yo sé que si supieran toda la historia, no pensarían mal de mí.

-¿Infuyó tu familia en tu decisión?
-Y... la decisión la tomé yo, pero es una mezcla de todo

-Llevamos un tiempo hablando y todavía no se mencionó el motivo concreto de tu alejamiento.
¿Querés decirlo?
-No, me gustaría que quede de puertas para adentro. Ya está. Espero que no se vuelva a repetir.

-En el Clausura es posible que juegues en contra de Kimberley. ¿Pensaste cómo sería ese día?
-No, lo único que sé es que voy a dar lo mejor de mí, así como lo hice cuando jugué para Kimberley en contra de Hebraica.

-¿El dinero que Kimberley pagó por tu préstamo le fue reintegrado?
-La verdad que no estoy al tanto de eso, que se manejó a nivel directivos. A mí me dieron la opción de elegir qué era lo que quería hacer y yo lo hice.

-¿Qué es lo mejor que te pasó en el futsal?
-Jugar en la Selección. Eso es lo máximo. Ojalá alguna vez vuelva a tener una oportunidad. De mi parte, tengo muchísimas ganas.

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