septiembre 09, 2017

“En AFA los costos son muy altos y no sé cuántos clubes de barrio lo pueden solventar con recursos genuinos”

Alejandro Hermida, presidente de Social Parque. 

Social Parque vive un año de felicidad. La reinaguración  de su sede es un acontecimiento que hizo emocionar a la familia tricolor hace algunos meses, y la vuelta al hogar fue celebrada con entusiasmo por sus seguidores. Pero la euforia del semestre inicial le va dejando su lugar a la calma y en el día a día, las alegrías y preocupaciones en la entidad de la calle Marcos Sastre, son muy similares a las que en general se dan en el mundo de los clubes de barrio. Alejandro Hermida, su presidente, indica: “Coincido en que hubo una euforia porque fueron siete años de no tener un lugar de encuentro. Esto que pasa ahora, de que uno llega a las  siete de la tarde y sabe que podrá tomarse un café con un amigo, lo tuvimos mucho tiempo suspendido. De a poco, ahora hay que ir rearmando todo y volver a reflotar a Parque como potencia futbolística”. 
-¿Cómo fueron tus comienzos?
-Vine cuando tenía 8 o 9 años. Nos dirigía el padre del Checho Batista. Al principio en Racing Anexo y después acá, donde jugué baby y futsal. Evidentemente no era un buen jugador porque luego me dediqué a la medicina. Pero la amistad siguió y con varios, somos amigos de toda la vida.
-¿A quiénes tuviste de compañeros?
-Con Gustavo Cerdán, el Chino y el Checho Batista, nos criamos juntos. El padre de los Batista, para mí fue una persona admirable en lo deportivo y lo personal. Un ejemplo. Para él no había buenos y malos jugadores. Éramos todos iguales. La pizza y la coca después de los partidos, eran para el equipo completo. Era otra sociedad, otra época. Se respetaban muchos los valores. Había respeto hacia el técnico, hacia los mayores. Checho y Chino fueron consecuencia de la educación que les dio José.  
-¿Con Bocha, el hermano menor, jugaste?
-No, porque le llevo diez años. Lo vi nacer. Pero con él jugué muy poquito. Por ahí en alguna práctica o quizás los lunes, cuando los juveniles se juntaban con los más veteranos.
-¿Quién fue el mejor jugador de baby que viste?
-El Chino Batista. Y lo digo tratando de ser objetivo. Pero fue lo máximo que vi. Yo jugué al baby y también al futsal, en la Liga Metropolitana. Ya no tanto en AFA, porque estábamos grandes.
-¿Y en cancha grande?
-No. Cuando me di cuenta que el fútbol no era lo mío, me dediqué a estudiar. Pero siempre seguí ligado a esto por ser algo que me apasiona.
-¿Qué opinás de esa gran explosión que tuvo Parque?
-Yo siempre digo que los que nacimos acá no tenemos la real dimensión de lo que es Parque para el mundo del fútbol. En los primeros tiempos era lógico que algunos jugadores fueran a Argentinos, porque allá había técnicos que también eran de acá. A veces nombran muchos jugadores y los respeto a todos, pero el más grande de todos fue el Checho Batista. Es el único campeón del mundo surgido de Parque y no sólo eso: hace poco me dieron el dato de que es el único campeón mundial salido de un club de barrio.
-¿Cuál ha sido la clave de tanto éxito?
-Es una mística que tiene el club, la gente tal vez piensa que Parque es algo extraordinario pero la clave es que simplemente se respetó un estilo de juego, la buena técnica, o los fundamentos, como decía Ramón Maddoni, que continuó la gestión de José. Nosotros en su momento no nos dábamos cuenta de lo que pasaba. Recién fuimos conscientes de la trascendencia cuando se hizo una evaluación y surgieron los nombres de tantos chicos que salieron de acá.

-Y empezaron a conocerlos por el mote...
-Parque tiene el mote de cuna de cracks. Pero como dije antes, la vida ha cambiado y estamos tratando también de que al margen de lo futbolístico, seamos cuna de buenas personas. A esta sociedad eso le hace mucha falta. Desde luego, es además muy importante el sentido de pertenencia, que al club lo cuiden como si fuera su casa. Estamos abocados a todos estas cuestiones.  
-¿Hoy por hoy no están asociados a ningún club?
-No. Estamos libres y si eventualmente hay jugadores que van a alguna institución, se trata de gestionar convenios particulares. Pero no hay relación directa, así como hubo tantos años con Boca.
-¿Qué opinás del futsal?
-Amo a este deporte pero tengo ciertas ambigüedades con el tema. Lo que nos da el futsal es que los chicos que terminan el baby no pierden continuidad. El club apunta a eso y a la formación de jugadores. Después, para ser muy competitivos, hay que pensar en grandes erogaciones de dinero y por el momento, nosotros no estamos dispuestos a hacerlo. Hoy muchos jugadores ya son semiprofesionales. Algunas veces hemos tenido un sponsor que le pagaba a algunos integrantes del plantel. Pero no es lo que yo pretendo. Si pagás, tenés que pagarle a todos. A mí no me gusta esa diferenciación. Así que el objetivo es seguir haciendo un buen trabajo de formación y que en cierto plazo, el futsal de Parque vuelva a ser competitivo.

-¿Qué sucedería en caso de que debieran descender?
-Lógicamente, no nos gustaría. Se harán todos los esfuerzos para seguir en la B. Pero hay que desdramatizar el deporte. Días atrás, me dieron el ejemplo de Lanús, que bajó a la C en cancha de once y a partir de ahí, resurgió. Los dirigentes aceptaron que tocaron fondo y un proyecto a largo plazo, hoy les permite ser un club modelo en todo sentido. Pienso que si a nosotros nos pasa, habría que reveer algunas cosas, pero no lo veo como un drama.  Ya lo he dicho: es difícil competir cuando hay equipos que hacen erogaciones de dinero tan grandes. 
-¿Ante un caso así, continuarían en el futsal de AFA?
-Aunque bajemos, la idea es seguir participando. Yo veo que hay muchas cosas que están cambiando. FAFI que siempre fue muy fuerte en el baby, se está debilitando. En el futsal también se están formando ligas paralelas. En su momento habrá que evaluar si competir en AFA, en una liga o en ambas. En AFA los costos son muy altos y no sé cuántos clubes de barrio lo pueden sustentar con recursos genuinos. Con un sponsor es distinto, pero reitero que esa no es nuestra política. Pienso que seguir, vamos a seguir. Pero lo primero es dejar que pasen estas fechas. Luego, sentarnos a planificar una reestructuración y ver cómo podemos hacer lo mejor para el club.

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