“Al equipo lo veo bien, estamos madurando. Y yo estoy muy contento. El grupo de chicos que tenemos y las ganas de crecer, influye como para que uno se sienta cómodo. Esa es la diferencia con respecto a otros años”, indica Diego Calderón, el jugador de mayor trayectoria en Nueva Estrella, y que en base a los años que lleva en el club y sus actuaciones, se ha transformado en un símbolo de la entidad de Lugano: “Yo ya no iba a jugar este año. Pero Manzana (el presidente Eduardo Santoro) siempre me hincha los huevos (sic) y volví”.
Segundos más tarde, Santoro atraviesa la zona donde se realiza la nota: “El Bebu es el caudillo del club, ojalá siga un par de años más”, dice. “Manzana es ciego (risas). Está loco, pero aparte de ser buen dirigente, también es una gran persona”, opina Calderón..
-¿Tenías ganas de colgar los botines?
-Sí, más que nada por la familia. Se hacía muy difícil salir de casa para ir a entrenar. Pero por suerte algunas cosas se acomodaron y acá estamos.
-¿Al equipo lo ves para ascender?
-Ojalá, trabajamos para eso. Estamos para seguir sumando. Sacando a Independiente, es todo muy irregular. Trataremos de pelear y ver hasta dónde llegamos.
-Hasta hace algunos años jugaban los tres hermanos Calderón. Hoy sólo quedás vos...
-Es cierto. El Polaco incluso también dejó de dirigir. Se cansó y está un poco alejado. El siempre fue muy profesional. Igual nunca se fue del todo. Tiene muchos amigos en Caballito y le es complicado despegarse.
-Y vos, ¿vas a ver a Caballito?
-No... si voy me separo. Mi señora me manda a la m... Ya tenemos dos nenas: Morena (6 años) y Juana (cumple 2). Así que a full, dedicado a a ellas.
-No hablamos de Martín, el otro hermano futbolista.
-Después de jugar en Nueva Estrella tuvo un paso por All Boys, a principio de este año. Pero dejó. También tiene su familia y le cuesta ir a entrenar. Nosotros no vivimos de esto. Al otro día hay que laburar.
-¿Trabajan los tres juntos?
-Así es. En una distribuidora de fiambres. Yo soy vendedor en la calle.
-¿Tu forma de jugar cambió con el paso de los años?
-No, por ahí uno crece y juega más tranquilo. Se puede pensar más, pero mi manera siempre fue la misma. Yo siempre fui último hombre. El técnico eso lo respeta, por eso me gusta. Con Juan Manuel (Meles) se puede charlar, compartir opiniones. Así que estoy contento.
-¿Ahora sí este puede ser tu último año de jugador?
-No, creo que no. Como te decía, las cosas en casa se acomodaron y supongo que seguiré. En Nueva Estrella hay un buen proyecto. La idea es subir este año o si no, el que viene.
-¿Y si te buscan de otro club?
-Si alguno me llama, lo tendrán que hablar con los dirigentes. Yo no me meto.
-¿Qué es lo mejor que te pasó en el futsal?
-La gente que conocí. Y jugar a esto, que tanto me gusta.
-¿Lo más triste?
-El descenso del año pasado fue bastante duro. Pero de todo se aprende. Para algo seguro sirvió. Y hoy estamos de nuevo acá, intentando volver a Primera.
-¿Qué recordás de tu breve paso por la Selección?
-Estuve un mes y dejé por razones de laburo. Entrenábamos en Boca y llegaba a casa a la una de la mañana. Al otro día me costaba mucho levantarme para ir a laburar. Justo antes de un viaje a Brasil, renuncié. Fue feo, pero tomé la decisión correcta. Casualmente, al Polaco lo habían convocado en la citación anterior y también tuvo que dejar. Por el mismo motivo.
-¿Por qué te dicen Bebu?
-Eeeeh... A la hija de mi madrina le salía eso en vez de Diego. Y quedó. Así me dijeron. Yo tenía dos años y no me acuerdo de nada.
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