noviembre 20, 2015

"DEJÉ DE JUGAR EN CANCHA GRANDE PORQUE ME EXPLOTÓ LA CABEZA"


Gustavo "Chino" Casado (a la izquierda de la foto, junto al Gallego Carlos Sánchez) tiene una extensa trayectoria en el futsal. Hoy, integra el cuerpo técnico de 17 de Agosto, aunque al margen de eso, existe un dato a tener muy en cuenta: es el DT de la Selección de Fútbol Playa de AFA. De esos temas tan variados, charlo con La Voz del Futsal:
-Este año nos encontramos con nuestra primera experiencia dirigiendo futsal, junto con el Gallego (Sánchez) y Yony (González), y 17 de Agosto es una institución buenísima. Nos fue muy bien en el Apertura y si bien ahora bajamos un poco, estamos muy cómodos. El grupo de jugadores es sensacional y los dirigentes también nos hacen sentir de la mejor manera.
Hicieron una gran primera rueda pero se cayeron más tarde. ¿Qué pasó?
Tuvimos una seguidilla de derrotas que se definieron en los últimos 15 segundos. O por jugadas o por sextas faltas, pero siempre se resolvió así. Ahí vino un bajón anímico después de haber tenido un pico muy alto de rendimiento, grupal e individual. Y esas individualidades que en la primera rueda quizás nos salvaban, en la segunda no fue tan así. Pero el equipo igual está bien. Nos estamos acomodando.
¿Qué perspectivas hay a futuro?
Mirá, esto de dirigir es diferente a cuando jugábamos. Una cosa era manejar el equipo desde adentro y otra cosa hacerlo desde afuera. Nosotros tratamos de volcar la experiencia. Como dije, en Agosto nos trataron re bien. Se habló de continuar y estamos contentos porque somos gente de trabajo. Lo único que hacemos es devolver todo lo que nos dio el deporte.
¿Qué función es la que desempaña cada uno?
El Gallego y Yony se ocupan de la parte técnica y táctica, mientras yo estoy en la planificación física, táctica, y desarrollo global del año. Veo a los chicos de abajo, varios de los cuales -de cuarta y tercera división- han subido ya a primera. Es ahora donde se empieza a ver el fruto de las inferiores, donde están Ramón (Cabrera) y el resto de la gente, haciendo un trabajo muy bueno.
¿Cómo se te dio por volver al futsal?
El Gallego, con quien nos conocemos de los cinco años, me dijo que estaba la posibilidad de venir acá. Somos como hermanos. Le respondí que le diéramos para adelante. Estábamos afuera del futsal desde hacía un montón. Era una buena chance para reinsertarse y ni lo dudamos. Así empezamos a laburar.
Resuminos tu trayectoria.
Con el Gallego arrancamos juntos en Unión de Olivos. El después disparó para Boca y yo firmé en River. Luego, Franja de Oro, Acassuso, Independiente de Beccar y Estrella de Maldonado, donde estuve en dos períodos. teníamos un equipazo, con el Pepe y el Pucho Castro, Marabotto, el Tweety Carrario. Pero nos moríamos en el segundo tiempo. Los veo siempre a los chicos porque entrenan en 17 de Agosto. Al final de mi carrera de jugador de futsal, también se mezcló una etapa donde pasé por fútbol rápido de Estados Unidos y fútbol playa, en la Selección Argentina.
Vos llegaste al futsal ya de grande...
Claro. Yo vengo del palo de cancha de once. Pero un día se me explotó la cabeza, largué todo, y comencé con futsal. En Unión de Olivos lo tomábamos como un divertimento, hasta que vimos que estaba bueno y cada uno fue armando su carrera. El que llegó más lejos fue el Gallego, que como todos sabemos tanto tiempo jugó profesionalmente en Italia.
En Independiente de Beccar, con el Juanjo Borrelli, eran el boom de la Segunda División.
Eso fue buenísimo. El club estaba haciendo una campaña espectacular. Recuerdo que era la época en que también empezaban Pinocho, 17 de Agosto... Pero éramos un club de papi fútbol, sin apoyo, sin sustento. La vez que hubo cinco ascensos (2001) peleamos por ascender hasta el final. Y luego todo se terminó desmoronando.
¿Ahí que hiciste?
Me volqué al fútbol playa. Arrancamos juntos con Francisco Petrasso -que también jugaba en Beccar- y ya van 15 años larguísimos. Al principio eran las ex estrellas del fútbol, con Fillol, Olarticoechea, y otros cracks. Más adelante seguimos nosotros solos. Fueron años de jugar, jugar y jugar. Hoy en día la disciplina ha crecido de manera abismal.
¿Qué hay en común entre el juego de sala y el de playa?
Muy poco. Playa tiene mucho más show, acrobacia. Siempre se intenta modificar el reglamento para que haya más goles. Durante los partidos hay música... A mí la verdad que me encanta. Primero jugaba y ahora hace un año que soy el técnico de la Selección. Estoy muy contento. A Francisco Petrasso, que era el técnico, lo nombraron coordinador de la Selección, y yo tomé la dirección técnica. Fue un año muy movido, con muchos cambios.
¿El principal déficit es la escasez de jugadores?
Así es. Faltan jugadores porque no tenemos liga. Buscamos en fútbol de campo, en salón... Todo para tener un equipo competitivo. Hay gente grande que terminó de jugar, la Selección había quedado huérfana y ahora estamos rearmando el grupo.
¿Se habló de organizar una liga local?
Teníamos entendido que la liga iba a empezar en noviembre. Se habló de diez equipos y que sería en el Parque Sarmiento. Pero creo que por el tema de las elecciones en AFA la cosa se demoró un poco. De todas formas ya está armado y a corto plazo tiene que largar. Para mí sería ideal porque tendría gran cantidad de jugadores para ver. Al principio parecía una filial de Beccar, porque a todos los chicos que yo conocía, los llevaba a jugar playa. Hoy, tengo 22 jugadores y las expectativas son muy buenas. Además pasamos de entrenar dos veces por semana a hacerlo todos los días. Me lo tomo en serio, como si fuera la Selección mayor.
En una respuesta anterior dijiste que dejaste fútbol de campo porque te explotó la cabeza. ¿Cómo fue eso?
Yo debuté en una primera jugando para Tigre en el 94. Después pasé a Lanús y ahí me harté del fútbol. Era una buena y diez malas. Entonces viajé a Estados Unidos y jugué seis meses fútbol rápido. ¡Una locura! Volví a Lanús pero no jugaba ni en los entrenamientos. Cúper era el técnico. Entonces dije chau, basta, se terminó. Me pasaba lo que a muchos futbolistas, que dan todo por la carrera, y no les salen las cosas. Me deprimí, me puse a estudiar, a laburar, y enseguida apareció la posibilidad de entrar al fútbol de salón.
¿Con cuál de las tres disciplinas te quedás?
Con todo el amor que le tengo a playa y a salón, elijo fútbol de campo. Cuando entrás a la cancha y sentís el olor al pasto, no hay como eso. Es el deporte más lindo del mundo.

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