“Es un equipo que se ensambló a principio de año, con muchos chicos que llegaron de otros clubes y a los que Fernando (Casais) ordenó muy bien. Hace un mes tuvimos la posibilidad de cortarnos ganando dos partidos claves, pero los perdimos. Son cosas que pasan. Hay que poner el pecho y afrontar lo que queda de la mejor manera”, define Pablo Cigliano, experimentado jugador de un Ferro que luego de aquellas derrotas con El Talar y Huracán, superó a Argentinos y pese al traspié con Cideco continúa luchando en los primeros puestos de Segunda. El sábado así lo demostró con otra victoria frente a Unión: “Esto lo vivo como mis últimos dos meses. Este año pensé que ya no lo jugaba. Pero el hecho de estrenar el gimnasio propio me hizo estirar un poco más la decisión. Ahora disfruto del momento y ojalá se nos dé. Me quedé para eso", afirma Cigliano.
-¿No hay chance de que des marcha atrás?
-No. A mí nunca me gustó entrenar y cada vez se me hace más cuesta arriba venir y estar al cien por ciento, como te exige el futsal de hoy. Yo mismo me doy cuenta de que lo mejor es dar un paso al costado y ayudar de otra manera.
-Es decir que el apellido Cigliano no se verá más en el futsal de AFA, luego de mucho tiempo.
-Así es. Porque mi hermano Gabriel colgó los botines hace rato y trabaja en el club, como coordinador de las actividades. Y el más chico (Alejandro) está jugando en la Liga Metropolitana. El primer semestre del año pasado estuvo en Ferro, pero por estudio y trabajo largó y prefirió jugar con sus amigos en el club El Barrio.
-¿A qué te dedicás además del futsal?
-Soy empleado bancario y estoy bien. Igualmente a Ferro seguiré ligado en algo, ayudando en lo que sea. Me gusta venir al club, algún hueco voy a encontrar.
-¿Vas a ser técnico?
-No me siento preparado. Hay que estar concentrado al cien por ciento y no creo que hoy sea el momento para hacerme cargo de eso. Quizás una categoría formativa podría ser, aunque también se me complicaría por los horarios.
-¿Cuál fue tu mejor momento?
-Mis mejores años los viví en Ferro entre 2007 y 2011. Lástima que no pudimos coronarlo con esa final que perdimos con Pinocho en 2010. A nivel personal, el campeonato donde jugué en Pinocho (2012) fue inolvidable, lo mismo que en Boca (2014), donde conseguimos varios títulos.
-En casi 17 años en primera, ¿hiciste cierto dinero?
-No. En Ferro siempre jugué gratis. En Pinocho, Nueva Estrella y Boca sí tuve una remuneración, sin ser algo como para poder vivir directamente de eso. Quizás si hoy tuviera 24 o 25 años, la realidad sería otra. Pero en ese sentido llegué al futsal con seis o siete años de anticipación.
-¿Y tu peor momento?
-El año pasado. Volví a Ferro para tratar de ascender y retirarme, y nos tocó luchar para no irnos al descenso. Las expectativas eran otras. La pasamos muy mal los últimos cuatro meses. No me quería retirar de esa manera.
-También tuviste un paso por la Selección.
-Estuve en el grupo que ganó las Eliminatorias de 2012. No me tocó jugar pero fue un lindo recuerdo. Entre 2007 y 2010 estuve en varias convocatorias de Fernando Larrañaga. Era un seleccionado B, por llamarlo así. Era una época muy amateur. Nada se compara con esta Selección. Es mucho más profesional y tiene un técnico que -viendo desde afuera y sin conocerlo- uno se da cuenta que hace las cosas muy bien.
-Repasemos tus otros equipos: ¿Pinocho?
Una gente espectacular: dirigentes, cuerpo técnico y compañeros. De varios, por ejemplo Mauro (Riente), Pipi (Ruscica), Lucas (Chianelli), Fafasuli, sigo siendo amigo.
-Boca.
Llegué gracias Meloni y Fer Casais, que me conocian de Ferro. Al igual que Pinocho, por organización y grupo humano, encontré un muy buen club en todo sentido. También conservo varias amistades.
-Nueva Estrella.
-Jamás en mi vida hubiera pensado en jugar ahí pero se dio y la experiencia fue excelente. Me impactó las ganas que le ponían los dirigentes para llevar al club adelante. Nunca vi algo así.
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