PERMÍTANME ESTE CONSEJITO. Saber que humanamente no sería posible.
Más de una vez me encontré con una frase similar a esta: "Si quieren saber si Dios existe, fíjense en los judíos". La frase le fue adjudicada a Napoleón, aunque de acuerdo a lo que leí, no fue el único que la pronunció. De todos modos, quién lo haya dicho, no es tan importante como destacar el relieve de este pensamiento. Los hebreos existen hace miles de años, a partir de la promesa que Dios le formuló al patriarca Abraham. A lo largo de su historia se toparon con otros pueblos que quisieron exterminarlos.
Los pueblos señalados en la Biblia que lucharon frente a los israelitas en busca de ese objetivo, se pueden contar de a montones. Sin embargo, nadie consiguió cumplir con la meta. El llamado antisemitismo no mermó en los tiempos posteriores al paso de Yeshúa (Jesús) por esta tierra. Incluso, es probable que haya recrudecido. Los judíos fueron ferozmente combatidos: la Inquisición, las Cruzadas, el Holocausto. Se los quiso aniquilar y nunca han sido demasiado numerosos como para poder sobrevivir por sí mismos. Sin embargo, dispersos por el mapa mundial y sin contar siquiera con país propio desde el punto de vista físico durante mucho tiempo -el Israel actual data de 1948-, siguen en pie.
Se podría trazar un paralelo entre los judíos y la Biblia, a la que también se intentó quitar de la faz de la tierra a través de los tiempos. Se la prohibió, se la quemó… Pero no pudo ser eliminada. De hecho, hoy, es el libro más leído y el más impreso del mundo. Si bien en cuantiosos sectores del planeta ya no tratan de impedir su lectura, en la actualidad continúan los intentos por menospreciarla, por ridiculizarla, por apuntarle a su contenido como un invento puramente humano. Lo enumerado indica que frente a tanta oposición, ni la llegada de los judíos hasta nuestros días, ni tampoco la conservación de las Sagradas Escrituras, son eventos que se pueden explicar así como así, quitando de por medio la palabra milagro. En ambos casos, siendo testigo de estos hechos, será posible entender que alguien con poder sobrenatural, es el que ejerce su soberanía, extendiendo Su brazo protector para que ninguna cosa ocurra que si ésta no se halla fuera de Su voluntad.
Un sustento bíblico:
"…Pelearán contra ti, pero no podrán vencerte, porque yo estoy contigo para librarte", afirma el Señor. (Jeremías 1:19).
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