Allá por los inicios de la década del 90 hacía mis primeras armas en el periodismo y colaboraba en la revista “Racing…”, dirigida por Pacho Vera. El semanario, que cubría también las inferiores de la Academia, solía elogiar las aptitudes de un tal Ramírez, que se destacaba en las divisiones menores. Por eso, como ya lo “tenía” de antes, no me sorprendí cuando llegó a la primera división. Jugó varios años en Racing pero poco después de sufrir una fractura de tobillo, debió emigrar. El “Bocha” prometía, aunque tras la grave lesión, pasó a militar en el ascenso, y así pasó por San Martín de San Juan, Juventud Antoniana, Estudiantes de Buenos Aires, Italiano y Berazategui. Cuando dejó la Academia, prácticamente le perdí el rastro.
A comienzos de la década de 2000, comprobé con asombro que Sportivo Barracas lo había incorporado al futsal cuando colgó los botines en once: era aquel mismo “pibe” que asomaba con fuerza en Racing una década atrás. En su nueva actividad se destacó se entrada. La vieja canchita de la calle Iriarte lo tuvo entre sus grandes protagonistas. A puro gol, captó la atención del ambiente futsalero. De tranco lento pero con muy buen pie y una gran habilidad en la definición, estuvo por varias temporadas prendido en lo más alto de la tabla de goleadores.
En especial, recuerdo una nota que le hice –creo- en 2003, luego de un partido donde su equipo enfrentó a Hebraica. La entrevista se produjo en un pasillo del complejo de Hacoaj, donde Hebraica jugaba de local. El trato del Bocha fue muy amable y humilde. En 2007 pasó a Banfield, donde siguió demostrando su notable poder goleador. Sin embargo, en el Taladro estuvo apenas un par de temporadas y se retiró de la actividad, cuando andaba por los 35 años.
El 1º de mayo de 2021 los medios nacionales volvieron a hablar de él, acaso en medida similar a como cuando Diego Maradona –que dirigió a Racing a mediados de los Noventa-, lo colmó de elogios por su habilidad. Pero en esta ocasión, la referencia hacia el ex goleador tenía que ver con circunstancias que entristecieron a muchos de los que se enteraron de la noticia: el Covid-19, causante de su internación (aunque tenía malestares pulmonares preexistentes), había provocado su fallecimiento. El Bocha tenía 48 años.
Fotos: arriba, con la casaca número 11, en Sportivo Barracas 2006. Abajo, el tercero de los hincados, en Banfield 2007.
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