Sebastián López, el argentino que juega en la cuarta división (tercera de ascenso) de España
Sebastián López Capdepón está de regreso en la Argentina. Por ahora, de vacaciones. Pero, ¿quién es este muchacho de 27 años que desde que llegó a Buenos Aires, no para de ver partidos del futsal local? “Quiero ir a ver la mayor cantidad posible hasta mi vuelta a España”, cuenta Sebastián, un futbolista argentino que más de diez años atrás viajó a la Madre Patria escapando de la crisis nacional, y tras estibilizarse laboralmente, aprovechó para enrolarse además en el deporte que hoy constituye su gran pasión. Claro, no es de los jugadores más conocidos. Cuando dejó el país en 2002 todavía no practicaba nuestro deporte y en España, es la tercera división de ascenso en la que participa. A pesar de eso, la suya es una historia que merece ser contada.
“Estoy en el Ribeira de Piquín, de la provincia de Lugo. Integra el equipo el grupo 8 de tercera. En caso de subir, subiría a la segunda B, luego a la Segunda y después a Primera. Esta temporada nos fue mal. Terminamos decimosegundos. A nivel personal el año fue bueno, hice muchos goles, cosa que no suele pasar. Lástima que el equipo estuvo muy por debajo de las expectativas”.
“Este fue mi tercer campeonato en este club. Antes había jugado varios equipos. Todos de la misma categoría, menos un torneo que lo hice en una división regional”.
“En la Argentina yo jugaba fútbol de campo en Tigre. Fue una época en la que mi viejo estaba muy complicado con el laburo. HAblamos del tema en familia y todos decidimos radicarnos allá. La decisión fue acertada. Hoy, mi papá está esperando jubilarse y cuando lo haga, la idea de ellos es volver a la Argentina. En cuanto a mí, si Dios quiere y sale todo bien, regresaría definitivamente en enero”.
“En el último semestre de 2008 tuve un paso por el futsal de Kimberley. Llegué en parte gracias a un periodista amigo que me contactó con César González. Recuerdo que le mandé en mail a Condorito y me invitó a entrenar con ellos. En el receso de 2008 me ficharon. Pero jugué poco. Kimberley era un gran equipo y además le estaba yendo muy bien. Si sucede eso, lo lógico no es andar haciendo cambios. Después, en la pretemporada de 2009, encima me corté un pie y estuve dos meses inactivo. Me entrenaba separadamente del plantel, junto con GAstón Dopico. Esa lesión me complicó todavía más las chances de jugar. Igual, lo rescato como una experiencia positiva. El grupo era muy bueno. Sin ir más lejos, es el que clasificó a la Libertadores”.
“Al terminar ese torneo, tomé la determinación de volver a España por algunas cosas malas que me pasaron fuera de lo futbolístico. Me salió la posibilidad de fichar para otra entidad española y como aparte me daban un trabajo (que después, por la delicada situación que se vive allá, mucho no duró), viajé nuevamente”.
“El nivel de la cuarta categoría de allá es comparable con la Segunda de acá, con algunos matices. Táctictamente, quizás es algo superior allá. Físicamente puede ser similar. Y en lo técnico, acá hay jugadores con gran talento individual, mejores que los de allá”.
“Con relación al marco de público, la cantidad promedio es de cien espectadores. Si bien hay partidos importantes donde puede llegara a haber quinientos. En cuanto a los sueldos, andan por los 200 euros, algunos más, otros menos, pero más o menos esa es la cifra. Hasta hace unos años había más plata, pero por la crisis, bajó en todas las categorías. Para vivir no alcanza, pero el club tal vez te consigue un trabajo y así es más fácil. Yo, por ejemplo, laburé de muchas cosas. Hasta en una sala de animación infantil. Mi función era la de ordenar a los chicos para que no se descontrolaran. Que no rompieran el pelotero y esas cosas”.
“De los argentinos que jugaron en la división de Honor española, con el que más contacto tuve fue con Diego Giustozzi.Tuvimos una muy buena relación cuando estaba en Segovia. Por ende, la tuve con con Matías Lucuix”.
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