agosto 13, 2013

«NO SOY NINGÚN MALA LECHE»

El caudillo de Villa Modelo se rompió los ligamentos y es probable que ya no juegue hasta 2014 

Una muy buena campaña está realizando Villa Modelo en este 2013. Sin embargo, David Farías, uno de sus jugadores emblemáticos, prácticamente no ha jugado en todo el año. La ausencia tiene una explicación: «Sufrí rotura de ligamento cruzado con menisco. Hace un mes y medio me operaron, y para recuperarme bien necesito por lo menos seis meses más», cuenta Farías, que más allá del disgusto que le acarreó la lesión, encuentra un cable a tierra gracias a su otra pasión: la dirección técnica. «Dirijo a Modelo de quinta a tercera. El año pasado también entrenaba a las inferiores y salimos campeones de cuarta y sexta. Además estoy haciendo el curso en ATFA».
A pesar de su juventud, Farías hace 10 años que juega en Primera. «Debuté a los 16. El mismo Jorge Maldonado es el que me subió, en un partido contra Lamadrid, bastante chivo. Anduve bien, pegué unas cuantas patadas». El Tecla -como lo llama mucha gente del ambiente- se soníe tras esta afirmación. El es consciente de que sus carcaterísticas son las del típico futbolista batallador. «Me gusta ir a todas -aclara-. Soy de ir a ganar, no me gusta que un equipo me venga a sobrepasar, quiero llevarme los tres puntos para mi casa».
Hombre de marca, perro de presa, caudillo... Todos esos adjetivos podrían calificarlo. Aunque además, justamente por eso, debe cargar con un rótulo que no le agrada que le pongan. «Por mis características, por ahí algunos piensan que soy un mala leche. Pero nada que ver. Yo trato de ganar, cada pelota para mí es la última, y si voy fuerte es para no lastimarme, porque por ir a trabar mal te podés lesionar vos mismo. El año pasado con Arsenal, en una jugada no quise trabar y tuve esquince de rodilla, que me quedó mal. Al poco tiempo me sucedió esto de los ligamentos». Farías confiesa que, a la inversa de la situación que hoy le toca padecer, alguna vez fue un adversario el que resultó lesionado por chocar con él: «Recuerdo un partido con Hurlingham. El pivot era un muchacho alto, más grandote que yo. Fuimos a trabar y se rompió la rodilla. Pero yo no tuve intención de lesionarlo. Voy fuerte, pero nunca con mala intención. Aparte, una vez que se termina el partido, listo, se acaba la rivalidad y te saludo con total normalidad».
En el plantel de Modelo, hay otros dos Farías, Lucas y Nicolás. Son dos de los hermanos menores de David. «Estoy muy contento por ellos. Lucas es arquero y Nico, de 17 años, debutó con Ferro de Merlo, hizo un gol y anduvo muy bien». La cuenta no se limita a ellos tres, sino que en total, los Farías, son ¡once! «Yo soy el sexto de la lista. Podríamos armar un equipo de fútbol, lástima que cuatro son mujeres», se sonríe David, agregando que «hoy por hoy, los únicos que viven con mis padres son los dos más chicos. El resto, ya estamos juntados, algunos con hijos. No es mi caso, porque con mi señora todavía queremos esperar un poco. Por ahora vivimos con mi suegro, aunque toda la familia está cerca».
Su barrio de origen es el 4 de junio, una zona humilde de Gerli. «Ahí paraba la hinchada de Independiente y era bastante picante. Ahora la cosa está más calmada», cuenta el entrevistado, que, futsal al margen, es camionero en una empresa de logística. «No me puedo quejar del empleo que tengo. Ni tampoco de la familia que me tocó. Todo lo contrario. Tengo padres muy buenos, laburadores, que están encima de todos nosotros. Es el día de hoy que nos siguen dando todo. Nos juntamos siempre y nos brindan lo mejor. Mirá que somos 11 y de los 11, ninguno se equivocó, a pesar de las tentaciones que siempre existen».
Esperanzado con la campaña de la primera y feliz por su trabajo en inferiores, David aguarda con serenidad la recuperación de su rodilla, y vislumbra un futuro como entrenador de la primera: «Jorge (Maldonado) me enseña mucho, y la meta es que cuando él decida dejar, yo pueda  ocupar ese lugar».

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