Final con caras largas. Digiglio y Cuzzolino se cruzan con indiferencia tras el 4 a 4.
Sólo dos segundos faltaban cuando Guagliardi le dio a los Verdes el empate definitivo. Sin embargo, el festejo de Caballito duró muy poco: el hecho de no haberse ido con las manos vacías fue valorado, pero los locales no se fueron del todo conformes con el punto rescatado, sino que pretendían más. En el otro costado, San Lorenzo, obviamente, quedó menos satisfecho todavía, pues tenía el triunfo en el bolsillo y debió contentarse con un empate cuando ya saboreaba los tres puntos.
El desarrollo del partido ofreció un trámite interesante, que fue tomando color y temperatura con el correr de los minutos y terminó por convertirse en un espectáculo de alto vuelo emotivo, donde el suspenso y el fervor le ganaron por puntos a la técnica depurada. No obstante, se vieron pasajes de muy buen futsal y la aparición de los goles desde el minuto inicial, mantuvo la atención de los espectadores en forma permanente.
A los 33 segundos, Cuzzolino –tras un buen centro de Serra- ya puso en ventaja a su equipo. El Ciclón no tardó mucho tiempo en acomodarse y arribó al empate gracias a un certero disparo de larga distancia de su arquero Mitelli, a los 9’. Los de Trama siguieron apretando y a los 13’ Stazzone aumentó con un disparo cruzado. A los 16’ Valdés pudo haber convertido el tercero de sexta falta, pero Romero, con los pies, salvó la caída de su valla. Hubiese sido el 3-1.
En el segundo tiempo el equipo de De Nicola salió con todo en busca del empate y en función de esa presión generó cuantiosas situaciones de gol que no pudo aprovechar. El colmo de las ocasiones desperdiciadas se vio a los 15’, cuando Parejas, sólo frente al arco rival, la tiró por arriba del travesaño. Pero pocos segundos después, llegaría el premio a la insistencia de los locales, ya que un violento shot de Diego Calderón venció la resistencia del buen arquero azulgrana: 2 a 2.
A partir de ese instante el partido ingresó en su etapa más caliente: los protagonistas cambiaron ataque por ataque, el roce adquirió una relevancia antes ausente y los diálogos incrementaron sus decibeles. A los 17’, una contra coronada por Digiglio implicó el 3 a 2 para los de Trama. Pero Caballito Jrs. no bajó los brazos y un minuto después, Parejas derrotó a Mitelli con otro fuerte remate. Enseguida, un nuevo grito: Stazzone trepó por izquierda y al quedar mano a mano con Romero, definió con categoría, colocando el 4 a 3 y cerrando otra destacada noche desde lo individual. Faltaba un minuto y medio. Y cuando sólo quedaban 37 segundos, Valdés tuvo otra chance de aumentar por medio de una sexta falta. Sin embargo, como en el primer tiempo, volvió a malgastarla: su remate se estrelló en el palo. Esta vez, hubiese sido el lapidario 4-2.
Hasta que llegó el increíble desenlance: Caballito tuvo un córner a su favor con el tablero que indicaba que eran cuatro los segundos restantes. De pronto, Guagliardi apareció en el segundo palo como una exhalación. Ante el descuido de la defensa sanlorencista, la pelota le fue entregada al pie con enorme precisión y éste, completamente libre de marca, sólo tuvo que empujarla hacia la red: 4 a 4 y delirio en los locales.
Pero todavía habría más: cuando quedaba un segundo San Lorenzo contó con un córner a su favor y antes de que la pelota se pusiera en juego, Digiglio se fue expulsado por forcejear en el área teniendo amarilla, lo que multiplicó las discusiones hasta el hartazgo.
Con el tiro de esquina no pasó nada y el pitazo final de Laballos y Sobral, marcó el epílogo de un partido vibrante y atractivo.
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