CHOQUE DE TITANES: PINOCHO SE IMPUSO A SAN LORENZO

Final con elevada temperatura. Pinocho acaba de vencer a San Lorenzo 6 a 4. Después de algunos momentos de nerviosismo, renació la calma.

Pudo ser de San Lorenzo. Pudo ser empate. Pero en definitiva, fue de Pinocho, que así mantuvo el puntaje ideal en este Clausura, estiró a 85 el número de partidos invicto y se ubicó como solitario líder del torneo.
El partido tuvo alternativas muy cambiantes, estuvo cargado de una alta dosis emocional y también la tensión se hizo presente en el gimnasio San Martín en los instantes finales. Para ello, contribuyeron algunos fallos polémicos de los árbitros –la gente de San Lorenzo cuestionó sobre todo la labor del asistente Gastón Rallo-, el incremento de la pierna fuerte y el clima espeso que también contagió a las tribunas, pobladas de gran cantidad de espectadores.
SAN LORENZO PEGÓ PRIMERO
Hasta que el local señaló la apertura, no había pasado mucho en el partido, con excepción de un tiro de Riente en el palo. Pero a los 6’ Valdés trepó por derecha, lanzó un remate cruzado que Quevedo no logró retener y Busti entrando a la carrera marcó el 1-0.
EL TURNO DE PINOCHO
Sólo dos minutos después se dio una jugada calcada, pero a la inversa: Germán Corazza se fue por la izquierda, remató cruzado, Mitelli tapó a medias y Riente empató. San Lorenzo no se había repuesto aún, cuando Benes, mediante un tiro libre esquinado, desniveló para los visitantes. A los 13’ aumentó Pinocho, esta vez capitalizando una defectuosa salida de Mitelli, que muy lejos de su arco, le regaló la pelota a Riente. Desde lejos, éste, de emboquillada, convirtió el tercero.
A los 15’ otra vez hizo su aparición Riente, a quien pareció no haberle afectado el hecho de quedarse afuera del Mundial y tuvo una gran actuación. En esta ocasión, Mauro sólo tuvo que empujar a la red una asistencia de Ruscica, que realizó una magnífica maniobra por izquierda: 4 a 1.
EL CICLON NO ESTABA MUERTO
El tanteador adverso hizo que el elenco de Trama saliera a jugarse el todo por el todo. La llegada de los goles en contra consiguieron desorientarlo, pero faltando 16 segundos para el final de la etapa, un gol clave –Stazzone, de sexta falta- le permitió recobrar la fe. Así, San Lorenzo salió a jugar el complemento renovado anímicamente y encerró a Pinocho contra Quevedo. Esa presión dio sus frutos muy pronto, ya que a los cinco el tablero ya estaba igualado en cuatro. Valdés y Minutella fueron los autores de los goles que le dieron al partido un tiente realmente emocionante.
LA JUGADA MAS POLÉMICA
Durante largos minutos, el cotejo estuvo para cualquiera. San Lorenzo asumió la iniciativa (Pucheta pasó como arquero-jugador), Pinocho respondió de contra, y los dos contaron con situaciones para desequilibrar. Pero a los 14’, Benes intentó irse por la izquierda, la pelota se le escapó al lateral y Rallo ya lo había cobrado, cuando Ventresca le entró innecesariamente y con mucha dureza al Pato. El Mono fue expulsado, ante los reclamos airados de sus compañeros. Desde nuestra posición, dio la impresión de que la decisión fue acertada. En el primer tiempo los árbitros cometieron un error por no expulsar a Benes, quien hizo una infracción como último recurso. Pero en esta jugada, el fallo fue correcto. Corazza se fue a jugar entonces de arquero y Pinocho –como tan bien saber hacer- logró aprovechar la ventaja numérica y colocarse 5 a 4, por intermedio de Chianelli.
FESTEJO VISITANTE
Desesperado, San Lorenzo fue por el empate, pero un minuto más tarde, Fafasuli le asestó el golpe de gracia, con un gol que tuvo una brillante concepción: pique demoledor por izquierda, gambeta al arquero y resolución desde ángulo cerrado. El final estuvo cargado de nerviosismo: recrudecieron las protestas a los árbitros y los cruces entre algunos jugadores (Valdés-Riente fue una de las “parejitas” de la noche), pero afortunadamente, luego de la pitada final no hubo incidentes. La cordura privó y la mayor parte de los protagonistas, saludándose con educación, contribuyó a atemperar los ánimos.