SEÑOR GOROSTISAGA, ESTE RECONOCIMIENTO ES PARA USTED

Se nos ocurrió ubicar su caso en la sección los "Desaparecidos del Futsal" pero quizás hubiera sido faltarle el respeto. De todas formas, no quisimos dejar pasar la oportunidad de escribir esta nota. Hace más de dos años, Juan Carlos Gorostisaga está alejado de la actividad. Su ausencia causa cierta extrañeza, considerando la gran participación que tuvo a lo largo de tanto tiempo. Como técnico (se recibió en 2008) y a través de su empresa Japan Motors, como sponsor de unas cuantas instituciones, fue haciéndose conocido en el mundillo del futsal. En Villa Modelo -durante varias etapas-, Parque, Racing y Barracas Central, su billetera siempre bien predispuesta aportó recursos y acercó futbolistas en épocas de vacas irremediablemente flacas. En dupla técnica, tuvo de compañeros a Kike Ocampo, Jorge Maldonado, Leonardo Barrios, Chupete Carfagna... Así ejercía su gran pasión: la dirección técnica. Pero no se limitó a sponsorizar clubes y solventar jugadores: todos los medios periodísticos que pasaron por esta disciplina lo tuvieron como auspiciante. Es que todos eran conscientes (nos incluimos) de una generosidad que venía acompañada del sí fácil. Un año, quiso ir aún más lejos y aportó fondos para la actividad completa. Así el torneo de 2010 se llamó Japan Motors, siendo la primera (y última) temporada que el campeonato de futsal estuvo asociado con el nombre de una empresa. Ese año, mandó a confeccionar 5 mil fixtures y pecheras para todos los clubes, que él mismo repartió por las canchas. Como contraprestación, pequeñas banderas con la inscripción Japan Motors, fueron colgados en la mayoría de los estadios.

Pero poco después su entusiasmo fue declinando. En 2011, sufrió un duro bajón anímico, cuando se alejó de Barracas Central por diferencias con Leo Barrios. Regresó luego a Modelo, "su" institución. Pero nada volvió a ser lo mismo de antes y a partir de 2013 desapareció por completo. Ni siquiera como espectador asomó su cabeza por el futsal.
Quizás muchos que se habían olvidado de él, al leer estas líneas habrán pensado: "Uy, te acordás del Perro..." (su apodo del barrio). Hace pocos días, fuimos a visitarlo a su negocio de repuestos. Para qué mentir: la finalidad era saber si se podía reflotar la larga colaboración (léase publicidad) que había quedado trunca tiempo atrás. Sabíamos que económicamente las cosas también para él habían cambiado. Que la época floreciente ya no era tal. Que su negocio ya no estaba sobre la avenida Warnes, sino a unas cuadras, en un local más austero. Lo encontramos como siempre, detrás del mostrador y apuntalado por su esposa e hijos. Nos atendió con la amabilidad de toda la vida, si bien lo notamos algo desilusionado y hasta dolido para con la actividad. Aunque no lo manifestó abiertamente, tal vez tenía claro que muchos procuraron abusar  (nosotros volvemos a estar adentro) de su generosidad, buscándolo para que insertara dinerillos frescos en arcas deseosas de oxígeno permanente. "Por ahora no quiero saber nada de futsal, estoy tranquilo así", deslizó. "Uno de mis nietos está jugando baby en el Estrella de Echenagucía de Gerli y lo voy a ver a él. Sólo eso", comentó. Le propusimos hacerle un reportaje, pero como era de esperar, desechó la idea: "No, deja... qué querés que diga. A lo mejor me decida más adelante", se excusó, sabiendo que ese día nunca llegará. Juan Carlos nunca reclamó un reportaje para sí mismo. Ahora, tampoco. No obstante, lejos de todo propósito de convertirlo en víctima pues ni siquiera él mismo admitiría ese rótulo, nos atrevimos a redactar estas líneas, a manera de reconocimiento a un hombre que dio mucho (y no sólo dinero) por esta disciplina.
Por eso, esperamos no lo tome a mal, pero este reconocimiento es para usted, señor Gorostisaga.

Fotos: 
Gorostisaga en su negocio en 2010. En la mano, tiene los fixtures de cuando el torneo se denominó "Japan Motors" gracias a su sponsorización (arriba). Junto a Fernando Larrañaga, en Boca Júniors (medio). En 2010 le obsequió un juego de pecheras a cada club. Aquí, le hace la entrega al presidente de Pinocho Carlos Magno (abajo).