septiembre 28, 2018

¿TE ACORDÁS, HERMANO?


El primer ascenso de Independiente a Primera División, en 2004. Los rojos de Avellaneda, ganaron el torneo reducido, dando la vuelta olímpica ante Jorge Newbery, en cancha de Villa Modelo. Arriba: Alberto Ocampo (DT alterno), David Regueiro (PF), Hernán Caruso, Miguel Richezza, Daniel Guijo, Ricardo Martínez, Emiliano Loreto, Pablo Souto. Abajo: Sebastián Pacheco, Rodrigo Pereyra, Gabriel Migueltorena, Gabriel Antognoni y Patricio Loureiro.
Esta es la nota que le hiciéramos al DT del equipo para el libro "20 años de Futsal en la Argentina".

ANDRÉS FIGUEREDO: “CARGAMOS CON EL PESO DE SER PROTAGONISTAS”

El “Oso” Figueredo daba la imagen de vivir cada partido al borde del infarto. Gritando, gesticulando, recorriendo la línea lateral incesantemente, parecía gastar más adrenalina que sus propios dirigidos. Si esa era su habitual manera de moverse en encuentros “normales”, no será difícil imaginar lo que fue el técnico de Independiente en la final con Jorge Newbery: “Viví intensamente cada partido y la final, más todavía -reconoce-, porque nos jugábamos un montón de cosas. Al margen de cómo lo viví, traté de estar siempre concentrado”.
El loco festejo en un gimnasio invadido por centenares de hinchas le dio paso a un análisis más reflexivo de Figueredo: “El ascenso fue una inmensa alegría por  el esfuerzo importante que realizamos. Recompusimos una actividad en un club grande. Todos creen que porque era Independiente se nos hizo más fácil, pero se trabajó tanto o quizás más que en otros lados”, asegura quien formó el grupo con la base del Villa Modelo campeón 2002. De aquél equipo eran David Regueiro (más tarde convertido en preparador físico de Independiente), Hernán Caruso, Miguel Richezza, Daniel Guijo, Ricardo Martínez y Gabriel Migueltorena, mientras que puramente del Rojo, estaban Emiliano Loreto, Pablo Souto, Rodrigo Pereyra, Gabriel Antognoni y Patricio Loureiro. Como otro refuerzo de jerarquía, Independiente contrató ese año a Sebastián Pacheco, el ex defensor de Boca y la Selección, el hombre que se transformaría en técnico, reemplazando justamente al Oso, dos años después.
En primera instancia, la pérdida de un campeonato que lo tuvo como protagonista siempre fue, según el Oso, un golpe muy duro: “Habíamos perdido el objetivo. Si queríamos ascender debíamos mejorar”, admite, y cuenta que trató de enmendar el modo de encarar la próxima meta: “Hice que los jugadores tomen la actividad como prioridad. Nos pusimos cuarenta días a trabajar a full y resultó. Yo felicité a la gente de Caballito porque fueron los más regulares y justos campeones. Pero nosotros cargamos con la obligación de ser protagonistas durante todo el campeonato, por eso todos los rivales nos jugaron a muerte”.
Cuando en el último segmento del torneo, Independiente cayó con el equipo que sería campeón, Figueredo sumó al cuerpo técnico al histórico “Kike” Ocampo: “Lo hice porque creí conveniente un recambio a nivel táctico. Lo llamé porque, más allá de la amistad que nos unía, él me garantizaba otra visión del juego. Yo venía muy desgastado de todo el año y gracias a Dios tuve humildad para pedir ayuda”.
Para el torneo reducido el plantel se nutrió con la llegada de Caruso, el talentoso jugador que, habiendo actuado para Independiente en otro tramo del certamen, regresó de Italia sólo para jugar esa fase decisiva: “A Hernán lo llamé para que nos diera una mano. Yo lo conocía desde hace muchísimos años y sabía todo lo que podía aportarle al equipo”, remarca. Y efectivamente, Caruso piso Ezeiza un domingo por la mañana y a la noche ya estaba jugando contra Estrella el primer compromiso por los playoffs.
Desequilibrante como él sólo, el ex Modelo no tardó, con la pelota en su poder, en darle la razón a quien lo incorporó: en la semi, fue la figura excluyente ante Atlanta y ni que hablar de la final, donde más allá de su imparable gambeta, señaló en el suplementario los dos goles que le dieron el ascenso a su club. “Por suerte no me equivoqué al traerlo. Humildemente, pienso que los jugadores son los que definen pero un técnico también puede ser importante con sus decisiones. Por eso, me siento muy feliz por haber sido partícipe de este logro”.

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