Hoy: los Freijedo
“El futsal es el deporte de la familia”. La muletilla con la cual Osvaldo Yankillevich (pionero en la televisación de la actividad) caracterizaba a este deporte, encuentra en cada club de nuestra disciplina más de un exponente. Padres, hijos, hermanos… En relación a Glorias, específicamente, las familias que a lo largo de su historia sustentaron el futsal en base a su pasional esfuerzo, también se podrían contar de a unas cuantas. Sin dudas, uno de ellos, han sido los Freijedo. El hijo jugaba, la mamá cobraba las entradas y el papá era el delegado. Así de escueto, podría parecer muy simple la tarea de esta abnegada familia. Pero lo cierto es que ésta es solo una apretada síntesis, pues los tres se multiplicaban en diversos frentes, en función del sentimiento que los unía a la entidad de Tigre.
Marcelo, el hijo, era un aguerrido futbolista, que derrochaba sudor en cada cruce, aunque si bien se caracterizaba por lo batallador, no era ningún negado con la pelota al pie y también llegaba al gol con frecuencia. Tuvo una gran temporada, por ejemplo, en 2004, cuando marcó 39 goles entre Apertura y Clausura. Hizo casi toda su carrera en el mismo club, trayectoria que esporádicamente lo tuvo además en APV –lo llevó Guillermo Campos, que lo había dirigido en Glorias- y Las Heras. Marcelo se retiró unos diez años atrás. No pasó mucho tiempo cuando se produjo el fallecimiento de Guillermo, cuyo deceso aconteció pocas horas antes de que finalizara 2011.
Foto: Marcelo, su papá y su hijo, en una entrega de premios.
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