Huracán, San Lorenzo, Vélez, Rosario Central... Esos son sólo algunas de las instituciones en las cuales Alberto Fanesi trabajó, tanto como jugador como DT. En la actualidad, este famoso ex defensor de fútbol profesional, se encuentra en Alvear, encabezando un interesante proyecto en el club del Parque Avellaneda. “Hay gente excelente en Alvear. Yo me acerqué al club por intermedio de mi hijo Mariano, que es preparador físico del futsal y a su vez juega en la Liga de Flores, y me di cuenta lo agradable y familiar que es”, cuenta.
“En estos días estoy a full con un proyecto mediante el cual se buscará cambiar el césped de la cancha de fútbol por pasto sintético. Sería bárbaro, así se le podría dar uso todo el año, algo que hoy es imposible por el deterioro que sufre el suelo por el tema climático. Hay lindas cosas que se pueden hacer con un césped sintético y alquilándola para grandes eventos la inversión se amortizaría rápido. De todas formas, me encuentro en la tarea de buscar inversores para poner la obra en marcha”.
Si bien su hijo hace varios años que es PF del club de la calle Rodó, Fanesi padre no llegó hace tanto tiempo. “Todavía no pude hacerme un lugarcito para ver un partido de futsal -confiesa- aunque igual estoy al tanto de todos los resultados. Sé que venían bien y la fecha pasada perdieron un partido durísimo contra Villa Argentina y ahora volvieron a ganarle a San MArtín”, desliza, a propósito de los buenos resultados cosechados por el equipo de De Nicola.
“Pronto voy a ir al futsal así como ya fui a ver baby y cancha de once. Mi hijo Mariano está muy cómodo en el club y eso me pone bien”, enfatiza.
A continuación, revela el motivo de su momentáneo alejamiento del fútbol profesional. “Abrí un hotel en Mar del Plata y eso me insume mucho tiempo. La temporada de verano me la pasé allá”. Enseguida, se refiere a las diferencias que encontró entre el fútbol sala y el que hasta hace poco era su hábitat natural: “No hay punto de comparación. Son ámbitos muy distintos. Aunque Alvear tiene todo para ser una de las mejores instituciones a nivel barrial. Pero no hay que apurarse. Yo, por más que vengo a transmitir mi experiencia, no quiero invadir a los técnicos. Esta es una etapa de observación para mí. Estoy viendo cómo se desarrollan las actividades. Ni siquiera estoy cobrando un sueldo. Por ahora, lo que hago es completamente ad honorem”.
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