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Sportivo Barracas derrotó a Riestra 4 a 2, y continúa en el lote de equipos que mantienen una aceptable campaña en la Zona B de Segunda. Su rival, había alternado triunfos con derrotas desde que empezó el campeonato, pero con este traspié, sumó su segunda caída consecutiva.
El inicio del encuentro fue prometedor, considerando que ya a los 35 segundos se produjo la apertura del marcador. La consiguió Barreto, para el local, madrugando con oportunismo a una sorprendida defensa. Sin embargo, aquel gol tempranero sería el único de la primera etapa, ya que a pesar de haber buscado el arco de enfrente, ni Riestra logró doblegar a Calo, ni Barracas pudo volver a vulnerar a Luna.
El segundo tiempo fue monótono hasta los 10', minuto en el cual un bombazo de Rebek desde la derecha hizo estéril la estirada de Calo, decretando el 1-1 como premio a la insistencia visitante. Pero el equipo del Mocho Pérez casi no se había acomodado en la cancha, cuando en la jugada inmediatamente posterior, Sanvitale entró velozmente por el segundo palo y marcó el 2-1 para el Sportivo. A esa altura del encuentro, los hechos trascendentes se sucedieron uno tras otro: a los 12' fue expulsado Javier Fernández por doble amarilla, pero Riestra se cerró bien y no permitió que Barracas aprovechara la ventaja numérica; una vez que recuperó el quinto hombre, Ramiro Correa volvía a poner el empate, cambiando por gol una sexta falta.
Hasta allí, el panorama era alentador para Riestra, gracias al reciente empate y a que su rival pisaba el límite de faltas. No obstante, a los 16' Sánchez metió un golazo "de otro partido" para los dirigidos por Maddoni y con ese 3-2, el trámite sufrió un vuelco clave. Desesperado por conseguir otra vez el empate, Riestra se adelantó en el rectángulo, exponiéndose al contragolpe peligrosamente. En una de esas contras, su arquero Luna cometió infracción como último recurso y se fue expulsado.
Casi enseguida, llegaría la gran polémica de la noche: en la mitad de la cancha, Giupponi procuraba pasar al ataque. Un adversario le salió al cruce y en el contacto el jugador visitante cayó pesadamente al suelo. Todo Riestra reclamó una infracción -hubiera sido sexta falta- que la dupla arbitral ignoró, y la misma jugada, fue aprovechada por Pigni, que definiendo con categoría al palo opuesto del arquero (había ingresado Civale para cumplir esa función), estableció el 4-2 definitivo cuando restaba un minuto para la chicharra.
Así, en cuestión de segundos, la balanza se terminó por inclinar para el lado del local, que celebró la obtención de tres puntos que pocos instantes atrás, podían haber estado en el bolsillo de cualquiera de los dos. En tanto, una vez que concluyó el partido, la gente de Riestra realizó enérgicas protestas hacia la dupla arbitral, sal sentirse perjudicados por sus fallos.
SALDOS Y RETAZOS
En un estadio semivacío, no pasó inadvertido el constante aliento de una veintena de hinchas de Riestra, que ubicados en el sector alto del Malvinas, no cesaron de entonar canciones tribuneras durante todo el partido. El grupo de chiquilines -probablemente jugadores de las inferiores- estuvo capitaneado por el Chino Correa, técnico de las divisiones menores del club. Aún cuando carecían de bombo, se las ingeniaron para hacer la percusión con un tacho vacío de pintura, mientras los espectadores "normales" dudaban entre sonreír y taparse los oídos.
Gastón Bueno estuvo en la cancha, para acompañar a su hermano Paqui, jugador del Sportivo. El hombre de Caballito Júniors (muy bien lookeado, por cierto) se mostró feliz por el triunfo de su equipo ante Racing, si bien al mismo tiempo no ocultó su preocupación debido a que, por una inoportuna pubalgia, hace dos fechas que no puede ponerse los cortos. Paciencia, Gastón...
En el transcurso del partido, Barracas tuvo a su favor tres clarísimas situaciones del gol, de esas que duele cuando no entran. Las tres, fueron malogradas debajo del arco vacío por tres jugadores diferentes. En el primer tiempo fue Sanvitale. En el complemento, primero Cárdenas -foto- y luego Barreto, desperdiciaron ocasiones parecidas. Menos mal que el equipo ganó...
Un hecho muy poco común aconteció en este partido. Ni en el primer tiempo ni en el segundo, los técnicos pidieron tiempo muerto. Extraño, ¿no?
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