Para recordarlo, simplemente elegimos esta foto (inédita, ya que nunca había sido publicada) donde el mítico directivo se hallaba en su hábitat natural: el quinto piso de AFA -trabajando por la actividad- y junto a Fernando Larrañaga, quien al margen de la amistad que los unía, fue una de las personas a las que más admiraba.
En la imagen, papeles revueltos, un vaso de café vacío, sus los anteojos y el infaltable cigarrillo a punto de ser apagado, forman parte del decorado cotidiano en la intensa lucha de José por la disciplina.
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