LA HISTORIA DE LA SELECCIÓN - DE NICOLA, EL NUEVO ENTRENADOR

2005

El 20 de abril en el gimnasio de Boca, un plantel con varias caras nuevas -y otras no tanto- comenzó un proceso provisto de cierto aire de renovación. Las novedad más importante consistía en una decisión de Larrañaga, tendiente a hallar un sucesor que lo reemplazara a partir del próximo Mundial, según palabras del mismo técnico, quien por aquellos días aseguraba estar fatigado del intenso ajetreo de diez años al frente del seleccionado.
Detrás de ese objetivo, pergeñó la idea de ir convocando sucesivamente a entrenadores alternos a través de los diferentes compromisos que tendría la Selección de aquí en más. Aquél que mejor se adaptara a la función requerida, sería el nuevo director técnico.
En agosto, una nueva edición de la Copa Pirámides, en Egipto, aparecía como el primer compromiso del año. Y Alejandro De Nicola, que acababa de sacar campeón a San Lorenzo tras una larga espera, fue el indicado para iniciar el recorrido. Larrañaga aclaró que Alberto Coronel, quien ya había trabajado la temporada anterior, también estaba en el lote de candidatos a reemplazarlo.
La lista original de convocados, confeccionada en conjunto por Larrañaga, De Nicola y Cristian Meloni  -flamante técnico de la Sub-20- era la siguiente: Guisande, Cabral, Matos, Godoy, Daguer y Escobar (Boca); Mandayo, Petillo y Ruscica (River); Wilhelm y Corazza (Pinocho); Pablo Cigliano y Villanueva (Ferro); Cabral (San Lorenzo); Nica (Argentinos); Cuzzolino (Caballito); Belsito (Lamadrid); Costas (Barracas); Leston (Racing); y Amas (Primera Junta).
En los días posteriores se conocieron algunas modificaciones. La renuncia de Guisande, quien ni siquiera llegó a practicar una vez, era una de ellas. El arquero de Boca, desmotivado según su propia confesión, le ponía así un punto final a una etapa tan extensa como fructífera con la camiseta nacional. Santiago Elías, de Pinocho, se sumó entonces al grupo. Además, lo hizo el riverplatense Leonel Rodríguez, quien poco después pasó a Boca.
Por otra parte, se citó a otros jugadores que conformaron un plantel alternativo, entrenando sólo una vez por mes. Lo conformaban Basile (All Boys Saavedra), Rocha (17 de Agosto), Gramuglia y Bottinelli (San Lorenzo); Mauro Riente (Pinocho); Maina y Salaño (Argentinos); Lucuix y Guagliardi (River); Parejas (Caballito); Taffarel y Hernán Serra (Barracas); y Gabriel Cigliano (Ferro).
Tantos apellidos pertenecientes al campeonato local, alimentaban un propósito de prescindir de aquellos  “extranjeros” que, si bien habían cumplido meritorias actuaciones, el técnico consideraba que estando tan lejos, ya no podían brindarle a la Selección las horas de trabajo que él pretendía. No obstante, no descartaba volver a convocarlos en caso de futuras necesidades. La parte física seguía a cargo de Marcelo Lombardini, la misma persona en la que Larrañaga confiaba desde su desembarco, once años atrás.
El plan estaba encaminado, pero un imprevisto alteró la rutina. Faltaban escasos días para el viaje cuando desde Egipto informaron de que el campeonato no se llevaría a cabo, por problemas internos. La noticia cayó muy mal en la AFA y Larrañaga le dio descanso a los jugadores hasta la confirmación de un nuevo certamen.

FOTO: Primer día de trabajo de 2005. Un numeroso grupo comienza a desandar un sueño en La Boca. Parados: Larrañaga (DT), Corazza, Meloni (DT Sub-20), Ruscica, Cigliano, Wilhelm, Belsito, Mandayo, Costas y De Nicola (DT alterno). Hincados: Nica, Diego Cabral, Amas, Villanueva, Cuzzolino, Daguer, Matos, Juan Pablo Cabral, Godoy, Escobar y Leston. El plantel fue depurándose, con el objetivo de que doce futbolistas representaran a la Argentina en Egipto, dos meses más tarde. Pero el torneo no se realizó, conociéndose esto recién un par de semanas antes de viajar.