En el futsal abundan los casos de ex jugadores de cancha de once. Futbolistas que, por uno u otro motivo, colgaron los botines para ponerse calzado futsalero y seguir “dándole a la redonda”, aún siendo deportes que, teniendo similitudes, son muy diferentes.
La historia que hoy abordamos es la de Ariel Trama, quien llegó a actuar
con cierta continuidad en Barracas Central, para abocarse luego a nuestra
actividad, cuando San Lorenzo se anotó, en 1998, para participar por primera vez
en los torneos de AFA.
“Hice todas las inferiores en San Lorenzo en cancha de once y después del
primer año de cuarta quedé libre. En esa época eran muchas las veces que
estando en cuarta o quinta, cruzábamos Varela y jugábamos amistosos con la primera
de Riestra”, le contó Trama a La Voz del Futsal. A continuación, prosiguió con
su relato: “Al quedar libre, Chiche Lutzman -que me conocía porque fue DT de
Riestra- ya estaba en Barracas Central y me propuso ir a probar suerte. En ese
momento vivía en el Barrio Piedrabuena (Villa Lugano). Me tomaba el colectivo
hasta la estación Lugano y ahí me encontraba con mi amigo Bruno Fiacco (que
también tuvo un paso por San Lorenzo, apenas arrancamos con el futsal) y me
bajaba en la estación Buenos Aires para ir a entrenar a la cancha de Barracas. Claramente
Barracas no tenía las bondades de hoy en día, estábamos en Primera C,
entrenábamos con nuestra ropa, si llovía había sectores de la cancha que no se
secaban en toda la semana. Con 18 años apenas si cobraba un viático que nunca
aparecía… Y los premios, ni hablar”.
Ariel evoca uno de sus mejores momentos personales: “No hicimos una buena
campaña. El recuerdo que me queda fue el de una final con Claypole en cancha de
Tristán Suarez. Si ellos ganaban ascendían y nosotros bajábamos a la D. Ganamos
3 a 1 y me hicieron el penal que
desencadenó en la expulsión del arquero de ellos y la apertura del marcador. Como
jugador considero que tenía habilidad y era veloz, pero era muy intermitente,
tenía un partido bárbaro y al otro ni estaba en la cancha. Mi viejo siempre me
decía ‘sos una lamparita que se prende y después se apaga’. Y tenía razón
jajaja…”
En definitiva, llegó la oportunidad de cambiar de rumbo: “Era joven, pero
después de tantos años en campo me fui desgastando. Alternaba en primera y no
encontraba motivación para seguir. Cuando a mi papá le dan la posibilidad de
armar la disciplina en San Lorenzo ni lo dudé, colgué los botines y me enamoré
del futsal. Volví a sentir esa felicidad de jugar, conocía a los chicos porque
muchos eran del barrio, como el Chino Correa y el Chueco Mendoza, por nombrar
algunos de los históricos. Después se sumó el Negro Mónaco, el mejor de esa
época”.
El resto de la historia es más conocida: San Lorenzo se integró a la
disciplina y en su primera temporada, salió campeón de la B. En 1999 siguió
descollando, pero en la Primera A. Ariel, sin embargo, tuvo una corta actuación
como jugador, pero más adelante, se volcó de lleno a la dirección técnica: “Me
retiré unos meses después de ser papá, empezaba a tener otras obligaciones y no
me daban los tiempos. Ya después de algunos años, cuando mi viejo volvió en 2008
a San Lorenzo, me sumé al cuerpo técnico hasta el 2011. Desde el 2014 a la
fecha, estoy en mi segunda etapa en el club, pero esta vez, como
entrenador de cuarta y tercera división.
Soy un enamorado de este deporte, me dio momentos hermosos como jugador y hoy en día como técnico. Amigos del
palo… Nos juntamos a comer y las charlas futsaleras parecen interminable”.
Fotos: arriba, una pretemporada con las inferiores de San Lorenzo, en
Reta. Ariel es el que tiene la pelota. Abajo: un torneo latinoamericano en
Quilmes de Mar del Plata. Trama es el primero desde la derecha, en la fila
inferior. En un círculo, algunos compañeros que luego se hicieron más conocidos:
Marcelo Goux (ex Belgrano, Gimnasia, Colón), Mariano Valentini (ex Temperley,
El Porvenir) y –abajo- Alejandro Bernuncio, quien falleció en un accidente de
moto. (Cortesía Ariel Trama).
1 comentario:
Éstos recuerdos me emocionaron hasta las lágrimas. Gracias Oablo
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