El empate en uno que protagonizaron dos serios aspirantes a la lucha por el título, es un fiel reflejo de lo cerrado que resultó el partido en Villa Pueyrredón. El juego fuerte -pero leal- y una férrea ambición de llevarse la victoria fueron las características predominantes en un encuentro donde a pesar de los escasos dos tantos, hubo una buena cantidad de situaciones de gol, que no se concretaron, en gran parte, por la destacada actuación de dos arqueros de primer nivel como Javier López y Matías Quevedo.
La primera fue la más deslucida de las etapas. Allí, la imprecisión estuvo por encima de los aciertos y los equipos se fueron al descanso sin abrir el marcador. Pero apenas arrancó el complemento, "madrugó" el local, saliendo con todo en busca de la apertura y consiguiéndolo a través de Banegas, que capturó una pelota en el segundo palo y la mandó a dormir a la red.
América se sobrepuso rápidamente. El elenco de Mariano Gómez se adelantó en el rectángulo y después de presionar algunos minutos, obtuvo el empate, gracias a un brillante "sombrerito" que Ruiz le hizo a López. A continuación, ambos pudieron haber desnivelado. Además, se incrementó el roce y la fricción, algo que la dupla encabezada por Fernando Laballos (de buena labor en general) no siempre castigó con falta. Eso se tradujo en que recién faltando dos minutos, tanto uno como otro arribaron a la quinta -nunca llegarían a la sexta- y las emociones fueran más intensas en los instantes finales.
Sin embargo, ningún bando logró vulnerar la valla adversaria y terminaron repartiéndose todo, con la promesa de que tanto Agosto (donde debutaron Urbano y Artymowicz) y América, estarán en la pelea por el título.
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