
Al igual que en el triunfo contra el Vidieiras, para Boca atajó Mauricio, un arquero brasileño de 19 años que actuó de manera muy correcta. En cuanto a la cancha, nuevamente fue de dimensiones pequeñas: apenas tenía 32 metros de largo.
Mañana, contra el mismo adversario, Boca jugará el último partido de su periplo; de inmediato emprenderá el regreso y el miércoles recibirá a Glorias por la primera fecha del Apertura.
A pesar del cansancio lógico de la gira, el elenco de Meloni no sufrió problemas físicos en ninguno de sus futbolistas, más allá de la lesión de Gravina, producida a comienzos de semana.
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