Para los Millonarios el primer partido del Apertura fue un triunfo ante Parque por 7 a 4. El equipo de Ruscica, contundente, supo capitalizar su mejor virtud para lograrlo: no haberse desesperado cuando se encontró en una desventaja de dos goles a los 5' de juego. A partir de esa circunstancia, todo se le hizo más sencilo y terminó imponiéndose con justicia a un oponente que sufrió su segundo revés del torneo.
No obstante, empezó mejor Parque, que en dos veloces ataques se puso 2-0 con goles de Pérez Martín y Pícoli. Si bien contó con la virtud descripta líneas arriba, River demoró en reaccionar en busca del descuento. Pero cuando lo hizo, fue letal. El 1-2 llegó a los 14', cuando Ferro coronó una fulminante entrada por izquierda con un violentísimo remate que vulneró a Poggi. Apenas un minuto más tarde, en una jugada idéntica el mismo jugador señaló el empate. Y faltando pocos segundos para la chicharra, Soto empujó a la red el 3-2 con el que la Banda se fue al descanso en ventaja, ante la impotencia de los tricolores.
En el complemento la diferencia aumentó gracias a sendos goles de Vietri y Hughes, que establecieron el 5-2 antes de los diez minutos iniciales. Cerdán descontó para Parque, en un trámite de ida y vuelta, y con la circunstancia de que ambos habían llegado a la sexta falta. Entonces, Poggi le atajó una ejecución a Ferro. A continuación, Quevedo le contuvo a Pícoli. Después, más goles: a los 16' Coria marcó el 6-3, a los 17' Cerdán otra vez volvió a descontar y a los 18', nuevamente Coria, ahora sí concretando una sexta falta, marcó el 7-4 definitivo.
River dejó una buena imagen. Ruscica, según parece, logró transmitirle solidez y eficiencia a pesar de que sus elementos no tienen el renombre de otras épocas. Por otra parte, anoche tampoco contó con sus futbolistas de la selección (Fernández, BAloira y Persec), fatigados muscularmente, por lo que su triunfo resultó más meritorio todavía.
Con respecto a Parque, arrancó muy bien, pero luego, en la adversidad, sus jugadores se cayeron quizás tanto física como anímicamente.
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