Argentinos venció a Allende 7 a 3, logrando su segunda victoria consecutiva, luego de un comienzo de torneo adverso. Así, obtuvo un poco más de oxígeno a propósito de la incómoda situación que tiene en la tabla del promedio.
Los Bichitos siempre estuvieron en ventaja. Ganaban 2-0, Allende descontó y el local volvió a aumentar hasta cerrar con ese 3-1 el primer tiempo. En el complemento, la primera mitad del mismo, lo tuvo como un dominador exclusivo. De la mano de Maina, llegó a colocarse 5-1, con pasajes de buen juego y dilapidando varias ocasiones más que hubieran significado asegurarse el resultado sin contratiempos. Sin embargo, no haber podido vulnerar a Lamanna, implicó que resurgiera el viejo axioma futbolero: "Los goles que no se hacen en el arco contrario se terminan sufriendo en el propio". En efecto, luego de las ocasiones desperdiciadas por Argentinos, Allende logró descontar a los 13', por intermedio de Klotz.
Y un minuto después aconteció la acción de mayor adrenalina de la noche: Servín cometió una evidente mano como último recurso. En principio, la dupla arbitral la ignoró, pero algunos segundos más tarde sí la sancionó, en medio de un escandalete que tuvo al partido parado por algunos minutos. El juego se reaunudó con la ejecución del penal y la roja para Servín. Era el mejor momento en la repuntada de Allende. Si lo convertía, el tricolor se ponía a dos goles... Pero Ranieri le tapó el disparo a Klotz y enfrió la reacción de los de Tancredi, que, no obstante, a los 15' finalmente marcaron el tercero con un potente disparo del mismo Klotz. El visitante se fue con todo arriba. En un atrapante ida y vuelta, faltaba algo menos de dos minutos, cuando un remate de Geraci no pudo ser contenido por Lamanna y el 6-3 alejó nuevamente las distancias. Allí, las cosas empezaron a definirse y 34 segundos antes de la chicharra, Maina, de penal, estableció el 7-3 muy festejado por los Bichitos de La Paternal.
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