1994 fue la primera temporada de los Verdolagas en el futsal. Desde entonces, compiten ininterrumpidamente en la división superior. Ferro nunca tuvo serios apremios en la zona de descenso y, si bien tampoco salió campeón, en los últimos años su nombre se entremezcló con los equipos que pelean en los puestos de vanguardia. Este año no es la excepción. «El futsal de Ferro está bárbaro», sostiene Pío Fernández. Lejos de ahorrar elogios hacia el funcionamiento de la diciplina en su club, el dirigente agrega: «Lo real es lo que refleja el promedio de nuestros últimos tres campeonatos, pero además de lo deportivo, estamos muy bien en lo anímico y en lo dirigencial».
Según indica Fernández, solamente en lo económico, el panorama no alcanza a ser lo floreciente que es en los demás aspectos: «La institución no está en su mejor momento y el futsal lo sufre. ¿Cómo? En que nos gustaría darle a los jugadores un dinero un poco más importante al que están cobrando. Pero por más que ellos se lo merezcan, por ahora no se puede».
El dirigente se excusa a la hora de dar cifras, pero informa que la remuneración percibida por el plantel, es en concepto de premio por partido ganado, independientemente de la posición en la tabla. «Cuando el equipo gana, la suma se la entregamos al capitán (Sagarribay) y ellos se encargan de repartirla entre los que firmaron la planilla».
Hace dos años que Ferro adoptó esta modalidad de pago. Antes, el amateurismo era total. «Si me preguntan mi opinión personal, yo digo que el futsal debe ser amateur y ningún futbolista de ningún equipo tendría que cobrar para jugar, pero no se puede ir contra el progreso», concluye Fernández, que además representa a su entidad en la Comisión de Fustal.
El setenta por ciento del plantel, se formó en sus divisiones inferiores. Apenas unos pocos jugadores vinieron desde otros destinos: Dalio de Argentinos, Belsito de Lamadrid, y Espigares y Alvarez de Huracán. «En esta etapa nunca hemos ido a buscar a nadie afuera. Acá, los que vienen, es por iniciativa propia. Así es cómo intentamos manejarnos». Fernández redobla la apuesta: «Además, si alguien quiere firmar en otro lado nunca le haremos un problema. De Ferro, en su momento se han ido Bueno y Lombardi a Boca, y Curcio se fue este año al mismo lugar. Los dos primeros volvieron enseguida, y es porque en este club están a gusto, más allá de la plata que ganen o dejen de ganar. Es un plantel súper unido, donde se prioriza lo humano por sobre lo económico». A propósito del cuerpo técnico, Pío asegura que están «muy contentos con el trabajo de Diego Meirama, un profesional con todas las letras, que además es el coordinador integral de la actividad».
Con respecto a las inferiores, todos los chicos de cuarta a octava tienen la obligación de asociarse para jugar en la entidad verdolaga. La cuota cuesta 45 pesos mensuales, dinero destinado en forma completa a las arcas de la disciplina. Con esos fondos se le abonan los sueldos a los directores técnicos («están muy bien pagos», apunta Fernández) y se alquila la cancha de Estrella de Boedo, que es utilizada por tercera y primera división. Con la plata de las entradas, se pagan los gastos de la tira (policía, médico, etc). La indumentaria de todas las categorías, es provista directamente por el club.
Con relación a las inferiores, el directivo fundamenta campañas alejadas de la lucha por el título, en que «lo que a nosotros nos importa es que aprendan a practicar futsal por sobre todas las cosas. No existe ninguna obligación de salir campeón. Inclusive en primera, no estamos desesperados por hacerlo. Obviamente que las expectativas apuntan a ese lado, pero si la vuelta olímpica no se da, no es la muerte de nadie. Y la mejor prueba es que los entrenadores que pasaron por acá, se fueron por propia decisión y nunca por no haber salido campeón».
A propósito de esa cuestión, reconoce que «a Christian Meloni le estamos muy agradecidos por lo que hizo por el club. Gracias a él se produjo una evolución en este deporte y Ferro empezó a despegar de la mitad de la tabla. Con Casais pasó algo parecido y ahora con Meirama seguimos en los primeros planos».
Por último, Fernández indica que en la parte dirigencial «estamos mejor que el año pasado. Antes éramos muy pocos los que le poníamos el hombro a la actividad y ahora, por suerte, se han ido acoplando algunos padres. Uno de ellos es Evelio Solares, que acaba de recibirse como DT en la Escuela de la ATFA, donde fue elegido abanderado por su conducta y dedicación. Es un orgullo que esté junto a nosotros».
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