Hugo Ferreyra y Antonio D’Alessandro en la pared que ya se empezó a levantar (arriba). Abajo, las obras.
Jorge Newbery está planificando una obra de gran magnitud en su sede. Consiste en agrandar el largo de su cancha para el lado que da a la entrada principal del club, sobre la calle Irigoyen. Y para hacerlo, ya se encuentran trabajando arduamente. Como se puede observar en las fotos, elementos como arena, cal y cemento ya forman parte del paisaje cotidiano de la entidad de Versalles. Los cimientos de la flamante construcción ya se realizaron. "Ahora habrá seguir levantando el nuevo paredón y más adelante, tirar abajo el original", dice el presidente Antonio D’Alessandro, que confía en que en 2011 puedan inaugurarse las remodelaciones.
La obra le costará al club mucho dinero. Pero, contrariamente a lo que muchos puedan creer, Newbery la bancará sin otros aportes que los de sus socios, hinchas y amigos. "Acá no vino nadie de afuera a poner plata. No tenemos sponsors. Esto se está juntando en base al esfuerzo de todos", asegura D’Alessandro, quien es una fiera a la hora de vender rifas, pues no hay nadie que trasponga la puerta de entrada al club y resulte "ileso" ante su requistoria. Todo sea para juntar un manguito más...
"No se puede hablar de una cifra hoy por hoy, porque los precios van variando, pero el monto total seguramente no va a bajar de los cien mil pesos", apunta D’Alessandro. De cara a las próximas erogaciones, la dirigencia del "rojo" sí aspira a lograr cierta colaboración de personalidades vinculadas al club. Por ejemplo, dos exitosos futbolistas como Andrés D’Alessandro -que no tiene parentesco alguno con el presidente- y Gabriel Peñalba jugaron allí al baby y existen intenciones de hacer contacto con ellos. "Nos vendría bien que nos ayuden con la financiación, aunque no queremos que nadie nos regale nada. Si nos prestan, nosotros devolvemos", se preocupan en aclarar el directivo. Por ahora, los intentos para interesar al volante del Inter de Porto Alegre no dieron el resultado esperando, aunque las esperanzas todavía no se perdieron. Todo sea, por el crecimiento de la señera entidad del barrio de Versalles...
Jorge Newbery está planificando una obra de gran magnitud en su sede. Consiste en agrandar el largo de su cancha para el lado que da a la entrada principal del club, sobre la calle Irigoyen. Y para hacerlo, ya se encuentran trabajando arduamente. Como se puede observar en las fotos, elementos como arena, cal y cemento ya forman parte del paisaje cotidiano de la entidad de Versalles. Los cimientos de la flamante construcción ya se realizaron. "Ahora habrá seguir levantando el nuevo paredón y más adelante, tirar abajo el original", dice el presidente Antonio D’Alessandro, que confía en que en 2011 puedan inaugurarse las remodelaciones.
La obra le costará al club mucho dinero. Pero, contrariamente a lo que muchos puedan creer, Newbery la bancará sin otros aportes que los de sus socios, hinchas y amigos. "Acá no vino nadie de afuera a poner plata. No tenemos sponsors. Esto se está juntando en base al esfuerzo de todos", asegura D’Alessandro, quien es una fiera a la hora de vender rifas, pues no hay nadie que trasponga la puerta de entrada al club y resulte "ileso" ante su requistoria. Todo sea para juntar un manguito más...
"No se puede hablar de una cifra hoy por hoy, porque los precios van variando, pero el monto total seguramente no va a bajar de los cien mil pesos", apunta D’Alessandro. De cara a las próximas erogaciones, la dirigencia del "rojo" sí aspira a lograr cierta colaboración de personalidades vinculadas al club. Por ejemplo, dos exitosos futbolistas como Andrés D’Alessandro -que no tiene parentesco alguno con el presidente- y Gabriel Peñalba jugaron allí al baby y existen intenciones de hacer contacto con ellos. "Nos vendría bien que nos ayuden con la financiación, aunque no queremos que nadie nos regale nada. Si nos prestan, nosotros devolvemos", se preocupan en aclarar el directivo. Por ahora, los intentos para interesar al volante del Inter de Porto Alegre no dieron el resultado esperando, aunque las esperanzas todavía no se perdieron. Todo sea, por el crecimiento de la señera entidad del barrio de Versalles...
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