Del éxito al exilio; de técnico de futsal a agente FIFA. El «Oso» Figueredo explica los motivos de su cambio de vida y por primera vez, admite haber sido adicto a las drogas.
“Era un Día de la Madre. Me senté a la mesa y no podía ver a los ojos a mi familia. Ese fue el detonante. Me dije basta, esto se tiene que terminar, y a partir de ese momento empecé a ir a un programa de rehabilitación”.
Andrés Figueredo se estremece al recordar aquellos tormentosos días de su vida. Pero, al mismo tiempo, una dósis de satisfacción brota de su ser cuando puede contar que la pesadilla de la droga quedó a atrás, si bien también se preocupa en remarcar que “alguien que fue adicto nunca se cura totalmente, es una lucha que tenés que librar día a día”.
La cruda confesión del “Oso” es sólo uno de los temas que el ex técnico de Villa Modelo e Independiente abordó en el diàlogo con La Voz del Futsal. Fuimos en busca de develar el misterio de por qué se había alejado de manera tan brusca de la actividad, y más allá de la respuesta a este interrogante, nos encontramos con el impactante tema que lo atormentó durante tanto tiempo.
-En 2002 fuiste campeón de la A con Modelo. En 2004 ascendiste con Independiente. En 2005 te fuiste para nunca volver a una cancha de futsal. ¿Qué pasó?
-Estaba muy cansado. El stress me estaba consumiendo. Fue una descisión difícil. Pero me vi en la necesidad de hacerlo. Por mí y por mi familia.
-Los partidos los vivías al borde del infarto.
-Sí, sí. Me ponía muy nervioso. Era mi forma de ser. Tengo que agradecer que no me haya pasado nada malo después de vivir los partidos de esa manera.
-¿No pensaste en descansar y luego volver? Es extraño que un técnico largue todo como hiciste vos.
-Es que se fue dando así. Al tiempo de renunciar a Independiente me fui a Turquía a jugar un campeonato de abogados y ahí surgió la posibilidad de representar jugadores. Me metí en el tema, hice el curso de la FIFA y ese pasó a ser mi medio de vida. Hasta dejé mi anterior trabajo en la AFIP de Avellaneda, donde estuve 18 años.
-¿Cómo es ser un agente FIFA?
-Es muy lindo, bah, a mí me gusta mucho. Tiene cosas buenas y malas, como todo. Pero la alegría más grande se da cuando un jugador que vos representás llega a Primera.
-¿A vos ya te pasó? ¿A qué futbolistas representás?
-Hay bastantes. Varios ya están en primera, otros en inferiores. Los nombres no te los puedo dar, pero te cuento una anécdota. Cuando Vélez-Huracán jugaron la final por el campeonato, en 2009, yo tenía un jugador en cada equipo. Eso es como tocar el cielo con las manos, sentí una satisfacción increíble ese día.
-¿Te considerás uno de los agentes más reconocidos?
-No, no. Tenes varios niveles. Están los súper-famosos, después hay un segundo nivel y yo, que al principio tuve que pagar un derecho de piso, estaría en el tercero. Así como te digo que es bárbaro este laburo, también hay que cuidarse... Hay mucho garca en el ambiente.
-¿Y en el del futsal?
-Nooo, eso es otra cosa. Es más sano. Hoy que ya no estoy, puedo darme cuenta que el futsal es maravilloso, más allá de que a mí este deporte me haya ayudado a superar la adicción.
-¿En serio te sentís tan lejos? ¿Qué pasaría si un club te busca para que lo dirijas?
-Eso hoy sería imposible. Estoy totalmente dedicado a otra tarea. Ni siquiera sigo los resultados. Mirá que Villa Modelo es mi casa, pero recién ahora acabo de enterarme que está puntero y con chances de subir. ¿Si voy a ir a verlo? No, a ver si justo pierde y me echan la cupla a mí.
-¿Cuál fue tu mayor alegría? ¿El campeonato con Modelo o el ascenso con Independiente?
-Haber sido campeón con Modelo fue lo máximo. Un club de barrio que llegó a salir campeón de Primera. ¿Sabés lo qué es eso? Y con qué jugadores: Hernán (Caruso), David (Regueiro), el Chino (Tapia)... Del Rojo, que se formó con la misma base de ese plantel, también guardo los mejores recuerdos. Ya estaba Luis Blasco, a quien siempre consideré un gran dirigente al margen de alguna diferencia que por ahí tuvimos.
-¿Ni siquiera por televisión ves futsal?
-Hace poco hacía zapping y estaban dando Independiente-Parque. Al mismo tiempo, en otros canales, había partidos internacionales. No sé por qué, pero me quedé mirando el de futsal. Y me gustó. Me hizo recordar un montón de cosas. Por ejemplo, a Claudio Frino, que le hizo muy bien a este deporte.
-Fuiste valiente al reconocer por primera vez lo de las drogas. ¿Cuánto hace que dejaste?
-No pensaba hablar de eso, pero si me preguntaste no hay razón para negarlo. Hace diez años que dejé. Empecé por un tema social, como cuando un chico empieza a fumar para sentirse grande. Y quedé atrapado. Por suerte, tuve fuerza para darme cuenta y salir. Y como te dije, el futsal me fue de gran ayuda.
-¿Das charlas a grupos en reahabilitación?
-Sí. Es algo totalmente anónimo y ad honorem. Me hace bien. Por eso, ahora intento volcar mi experiencia ayudando a gente que pasa por la misma pesadilla que pasé yo.
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